El futuro del Centre MQ está en el aire. Mientras continúan desarrollándose las obras de adecuación de las dependencias del antiguo Hospital Sant Joan de Reus, donde se prevé que se trasladé en los próximos meses, la falta de un plan de viabilidad a nivel presupuestario pone en jaque la continuidad de la empresa.
Como ya ocurrió en la solución para salvar el Hospital Sant Joan de Reus, la pelota vuelve a estar en el tejado de la Generalitat de Catalunya, y concretamente en la del Catsalut. Será este organismo quien dictamine, a la práctica, si el CMQ puede continuar operando con normalidad o si habrá que hacer ingeniería financiera, despedir trabajadores y reducir al máximo los gastos para mantener su viabilidad.
Actualmente, entre un 20 y un 25% de los ingresos del CMQ provienen de la actividad contratada desde el Catsalut. Unos servicios que podrían tener los días contados. La Generalitat se plantea dejar de contratar los servicios a la empresa reusense, lo que, según las primeras estimaciones, podría hacer que la empresa entrase en números rojos.
Según Xavi Milian, consejero del Consell d’Administració del CMQ por la CUP, «si la empresa no ofrece servicios al Catsalut y solamente se queda con la actividad privada (la de las mutuas), estaremos ante una empresa de capital público con carácter mercantil. La ley española contempla que, en caso de que una empresa pública que no ofrece servicios públicos tenga déficit, hay que replantearse su continuidad».
Así pues, el caso del CMQ sin la actividad del Catsalut, en nada se parecería a la del Hospital Sant Joan. Aunque el centro hospitalario ha cerrado en números rojos los últimos tres años, al mantenerse su vocación de servicio público, la ley no ha forzado su disolución de forma inmediata.
Un extremo que desmienten fuentes del gobierno municipal, que estiman que el margen de déficit antes de la disolución forzosa de la empresa, sería de dos años.
Fuentes del CMQ reiteran «que el centro está enfrascado en unas obras muy importantes de traslado a las instalaciones del antiguo hospital que garantizan la continuidad de los puestos de trabajo». Añaden que «estamos convencidos que seguiremos colaborando con el Catsalut».
A la espera del plan de viabilidad
Milian explica que «hace ocho meses, desde que nos propusieron firmar el crédito para las obras de adecuación del antiguo hospital para trasladar el CMQ, que pedimos en todas las reuniones que se nos aclare el futuro de la empresa. Pedimos un plan de viabilidad que debería habérsenos entregado este mes de diciembre».
Cuenta Milian que el plan está empezando a redactarse ahora y que como medida de protesta ante el incumplimiento de los compromisos de la dirección de la compañía, «los tres consejeros de la CUP en el CMQ votaremos ‘no’ a todo lo que se nos proponga hasta que tengamos el documento».
Desde la CUP no entienden que, existiendo el riesgo de que el Catsalut deje de contratar los servicios del CMQ, no se haya estudiado la viabilidad económica de la empresa antes de firmar la hipoteca de las obras de las nuevas instalaciones.
Pendientes del futuro
Los trabajadores del CMQ piden que, antes de plantearse cualquier escenario futuro, se aclare su situación a corto plazo. Edu Mejías, portavoz del comité de empresa, reclama que se explique quién será el propietario del CMQ una vez que el Catsalut se haya apoderado del Hospital Sant Joan: «¿Cómo podemos plantearnos un plan de viabilidad si no sabemos qué seremos en 2019?», se pregunta.
Mejías asegura que no puede prescindirse de personal, pues el nuevo CMQ ubicado en el antiguo hospital requerirá de recursos humanos. Plantea la posibilidad de recuperar el proyecto de CAP en la calle Sant Joan, tal y como ya preveieron el antiguo gobierno tripartito y el actual alcalde, Carles Pellicer, para dar cobertura sanitaria pública en el centro de la ciudad.
Por último, reivindica el trabajo del CMQ en el ámbito de las mutuas de profesionales públicos, como Muface, y la libertad de cualquier ciudadano de escoger qué cobertura sanitaria quiere.