Los Mossos d'Esquadra detuvieron el lunes a un menor por presuntamente violar a una joven en Riudecols durante las fiestas de Carnaval.
La joven denunció haber sufrido una agresión sexual durante el sábado en una plaza del mismo municipio.
La policía catalana detuvo al joven, que pasó inicialmente a disposición de la Fiscalía de Menores de Tarragona.
El Ministerio Público, después de analizar la situación, determinó que el detenido –que está acusado de un delito de agresión sexual con penetración– tendría que ingresar en un centro. Ante ello, solicitó al Juzgado de Menores una comparencia.
Durante la vista, la fiscal solicitó como medida cautelar que el acusado fuera internado en régimen cerrado durante seis meses y, subsidiariamente, la medida de libertad hasta la audiencia. Y también pedía una orden que le prohibiera comunicarse y acercarse a menos de 100 metros de la denunciante.
Por su parte, la abogada del menor se opuso a la medida. Considera que no existen indicios en contra del menor y que éste no persiguió a la joven para tener relaciones sexuales sino que fue ella la que insistió, «llevando a cabo las mismas y de forma violenta».
El equipo técnico –que analiza las circunstancias del menor– asegura que el joven está normalizado y que no presenta factores de riesgo «excepto en el campo sexual». Al parecer, no es capaz de definir en qué consiste el consentimiento ni tampoco la agresión sexual, careciendo también de empatía. Ante ello, considera que lo más adecuado es su internamiento para trabajar estos aspectos.
El magistrado, en el auto, cree que hay indicios de la comisión del delito en base a la denuncia de la presunta víctima, de las lesiones que presenta y del contenido del atestado de los Mossos d’Esquadra. Pero a la vez considera que la libertad vigilada y la orden de alejamiento «son suficientes para alcanzar el objetivo señalado por el equipo técnico y para proteger y dar paz anímica y tranquilidad a la presunta víctima».