«Nunca cojo el coche para moverme por el centro, salvo que tenga que cargar. Me gustaría que hubiese más calles peatonales, aunque es cierto que eso puede traer problemas, por ejemplo, a quienes necesitan el vehículo para ir a otros municipios o venir a Reus», valoraba ayer Clementina Fernández.
Ella es una entre los viandantes que este 22 de septiembre caminaban por la calle de Misericòrdia, cerrada al tráfico coincidiendo con el Día Sin Coches de la Semana Europea de la Movilidad Sostenible. El corte puntual de circulación generó sorpresa y disparidad de opiniones, y también propuestas de mejora.
«Para nosotros, este día es malo. Tenemos clientes de fuera y genera dificultades», explicaba Ayoub Ahr, al frente del negocio My Phone Center. Y apuntaba una alternativa: «Deberían poner un resalto para que los coches no vayan tan rápido».
Por su parte, Maria Lluïsa Perelló, desde Fina Bellesa i Benestar, señalaba que «me gustaría que las aceras fuesen más amplias. Y no eliminar el tráfico, pero quizá sí dejarlo en un solo sentido». Y añadía que «tal como está ahora hay mucho ruido y los vecinos se quejan».
En otro establecimiento, Don Ràpid, Enrique Piedra lamentaba que «aunque es un día, deberían habernos preguntado» e incidía en que «afectará a la caja». «Yo quitaría los coches de gasolina y diésel. Pero el cierre podría haberse hecho, por ejemplo, en domingo», opinaba.
«Es bueno para el medioambiente»
A pie de calle, Taylor Montico, que paseaba por la zona, indicaba que «estoy de acuerdo con iniciativas así. Son buenas para el medioambiente». Vecinos de la calle de Misericòrdia comentaban el ruido que habitualmente trae el tráfico y lo positivo de una tregua como la de ayer.
La concejala de Seguretat, Dolors Vázquez, explicó ayer que «la salud es prioritaria para todos y, dentro de eso, también debemos empezar a cambiar las formas de movernos y reducir la contaminación».
La vía se cerró de 10 a 21 horas para «sensibilizar a la ciudadanía». La acción se acompañó de «la recogida de datos para un estudio objetivo del tráfico» con radares pedagógicos en el Raval de Robuster y Jaume I que «nos permiten contabilizar los coches que circulan con la calle de Misericòrdia abierta y cerrada», precisó Vázquez. La información permitirá «evaluar la relación del corte y el volumen de vehículos que absorbe el Tomb de Ravals».
