Oriol Tarragó (Reus, 1976) es uno de los diseñadores de sonido de Jurassic World: el reino caído, quinta película de esta saga llevada al cine por primera vez en 1993 por Steven Spielberg. La cinta, dirigida en esta ocasión por el director barcelonés Juan Antonio Bayona y producida por Spielberg, se estrenará el próximo jueves en los cines. Tarragó ha trabajado junto con el equipo de diseñadores de Skywalker Sound, compañía de San Francisco fundada por George Lucas (Star Wars) e integrada en The Walt Disney Company.
¿Cómo se quedó cuando le llamaron para trabajar en esta película?
Me llamó la productora Belén Atienza, mano derecha de Bayona, y me dijo «creo que vamos a necesitarte por aquí». Más o menos ya me lo esperaba. Me incorporé en agosto-septiembre, con la postproducción ya empezada, e inicialmente iba a trabajar solo en unas escenas determinadas, pero después todo el equipo pensó que era bueno que me quedara hasta el final y aportara todo lo que quisiera a la película.
¿En qué escenas iba a trabajar inicialmente?
En la parte final de la película, lo que pasa en la mansión Lockwood. Luego decidí presentar una propuesta para hacer el sonido del nuevo dinosaurio que aparece en esta entrega, el indoraptor, y gustó, así que lo hicimos nosotros.
¿Cómo se le ocurrió la idea?
El suspense de la segunda parte de la película deriva directamente de este dinosaurio. Si no es lo suficientemente aterrador, el suspense no funciona, así que decidí coger el toro por los cuernos.
¿En qué se inspiró?
Tuvimos que grabar sonidos de animales para construir la personalidad del indoraptor. Contactamos con una empresa que tiene animales adiestrados y fuimos a grabar a granjas catalanas de cerdos, vacas o caballos. La parte más peculiar del indoraptor está grabada en Reus. No puedo decir más, saldrá en el making off.
¿En qué otras partes del filme se nota su mano?
Hice el prólogo, los cinco primeros minutos antes de los títulos de crédito, y ayudé al equipo de Skywalker Sound en todo lo que hizo falta. Mis ideas fueron escuchadas, pero en una película tan grande opina mucha gente, ejecutivos, director, productores, Spielberg... y al final hay que llegar a un acuerdo entre todos. Yo he hecho muchas películas de terror y había momentos en que me decían que me relajara porque Jurassic World también es para un público familiar (ríe).
¿Cómo llega hasta el sonido que quiere utilizar?
Escucho en mi cabeza un sonido, igual que un arquitecto visualiza un edificio, y luego pienso cómo puedo construirlo. La clave es encontrar buena materia prima. A veces grabo yo los sonidos o contrato a alguien para que me los grabe a altísima calidad y yo los proceso. También hago sonidos virtuales por ordenador.
¿‘Jurassic World: El reino caído’ es la película más grande en la que ha trabajado?
Sí, sin duda. Es una película que se hizo con mucha gente. Lo comparo con hacer un anuncio de Nike de dos horas. Universal tiene una marca que hay que mantener, Jurassic, y el margen creativo es estrecho. Tienes una saga, una línea que seguir, y en ese margen puedes aportar muchas cosas y es interesante, pero tienes que hablar con mucha gente y es muy jerárquico.
¿Cómo es Hollywood?
Es más industria que cine. Una película como esta costó mucho dinero y tiene que hacer mucho dinero, así que los estudios están muy encima. Primero haces propuestas y luego tienes que convencer al director, al productor y a Universal.
Con Bayona, con quien ha trabajado en otras películas, imagino que no tuvo ningún problema.
Con Bayona, muy bien. Entré en los últimos seis o siete meses de la película y tuve que esforzarme para convencer a gente, pero al final fue bastante fluido. Bayona se ganó a Steven Spielberg y a todo el equipo y eso a mí me hizo la vida más fácil.
¿Conoció a Spielberg?
No lo conocí, pero me consta que le ha gustado mucho la película. Dijo que la parte que transcurre en la casa es como una obra maestra con el sonido y todo.
¿Qué opinó de su trabajo?
No news, good news. No hizo ninguna anotación directa de mi trabajo.
Eso es bueno, ¿no?
En Hollywood llevan muchos años haciendo películas de este tamaño y la presión es muy fuerte. Siempre tienes que tener un nivel de excelencia, el margen de error es cero, no puedes equivocarte. Esa es la parte más dura. Las cosas cambian muy deprisa, de repente cambian el montaje, los efectos especiales, y no puedes decir que no. Pero, por otra parte, es una experiencia muy enriquecedora. Trabajar en Jurassic World es un subidón.
Trabajó entre Barcelona y Londres.
El estudio Skywalker Sound está en San Francisco, pero todos los efectos visuales y el montaje se hicieron en Londres por los incentivos fiscales que hay allí. Yo trabajé en Barcelona y los últimos dos meses nos juntamos en Londres.
¿Alguna anécdota?
Cuando pedí que me dejaran trabajar en Barcelona en vez de ir a Londres, en Universal se alarmaron porque España es el segundo país con más piratería del mundo y no se fiaban de que me llevara la película a Barcelona. Al final les convencí, pero nos mandaron a dos hombres de negro, nos pusieron cinco o seis cámaras en mi estudio, un control de seguridad con huella dactilar y todo el sistema encriptado. Se gastaron más de 15.000 euros en seguridad.
Como un Gran Hermano.
Firmamos un contrato de confidencialidad y ni siquiera podíamos decir que trabajábamos en la película. Cuando hablábamos por teléfono nos referíamos a la película de los perros en vez de los dinosaurios.
¿Qué siente uno al formar parte de una superproducción como esta?
Orgullo. Al principio asusta un poco, pero luego te olvidas y te concentras en tu trabajo como en cualquier otra película.
¿Se ve trabajando en Hollywood?
Me gusta mucho cómo se hace el cine en Europa, es más artesanal y tienes una relación creativa con el director. Te ponen menos impedimentos. Pero también me gusta trabajar en Hollywood, porque se aprende mucho, hay gente con muchísimo talento y se hacen películas muy divertidas. Lo ideal sería seguir trabajando entre Barcelona y San Francisco. No sé qué pasará con el Brexit pero, por los incentivos fiscales, muchas películas, como todas las de Star Wars, se han acabado allí. Y Londres está a una hora y cuarenta minutos de Barcelona en avión, así que podría trabajar con mi equipo, ir a Londres y volver. Además, el mundo digital permite que las cosas no se tengan que hacer siempre de manera presencial.
A Bayona le han propuesto dirigir la próxima entrega de la saga. ¿Repetiría con él?
Se lo han propuesto pero no hay nada. Bayona es el director que mejor sabe sacarme el jugo. Conectamos muy bien a nivel creativo, es un director muy valiente y me encanta trabajar con él.
¿Y se ve nominado a los Oscar?
Aunque he ganado muchos premios y es muy satisfactorio, no decidí estudiar cine ni estar en esta industria por los premios. Me gusta mucho mi trabajo, ese es mi problema. A veces desaparezco, este invierno no he visto a mis amigos, pero luego vuelvo a aparecer. El cine es mi pasión, no sé hacer otra cosa.