Las inmediaciones del Hospital Sant Joan de Reus, especialmente el solar adaptado como aparcamiento de coches, se han convertido desde hace años en espacios de consumo de droga. El Diari recogía la semana pasada las quejas de usuarios del hospital que lamentaban la suciedad que se acumula en el descampado, entre la que también hay jeringuillas usadas por consumidores de droga.
En medio de este clima de preocupación, y recordando que desde el Ayuntamiento de Reus aseguran que periódicamente se hace una batida de limpieza en la zona, el Diari ha considerado justo reconocer la labor que desde hace 18 años desarrollan los voluntarios de la Associació Reus Som Útils (Arsu) formada por personas que consumen o han consumido drogas en algún momento de su vida.
Desde su nacimiento, esta entidad ha trabajado en la minimización de los riesgos de los consumidores, con su participación activa en el proyecto de Diversificació de Punts d’Intercanvi de Xeringues (DIPI), como en la recogida de jeringuillas usadas en descampados y solares de la ciudad donde se consume droga habitualmente.
Sin ir más lejos, y según datos facilitados por la propia Arsu, el año pasado recuperaron 5.601 jeringuillas, mientras que repartieron 2.196. La zona sur de la ciudad es uno de los puntos ‘calientes’ y, tal y como reconoce un usuario de Arsu, «en las inmediaciones del Hospital Sant Joan recogemos muchas jeringuillas. Sin ir más lejos, la semana pasada recuperamos unas 300. El problema es que, aunque nosotros pasemos y las retiremos, al cabo de 24 horas ya vuelven a haber».
Los voluntarios de Arsu suelen hacer dos tipos de intervenciones para recuperar jeringuillas. Una batida más grande, que acostumbra a ser una por semana, y otras más pequeñas -de lunes a viernes- que suelen ser más a demanda.
Estas batidas están compuestas por unos cinco voluntarios de Arsu que van acompañados por una educadora social del Servei d’Addiccions i Salut Mental del Hospital Sant Joan de Reus. El grupo va equipado con un cubo de seguridad, donde se recogen las jeringuillas que posteriormente serán destruidas. También llevan un kit de naloxona, un medicamento que sirve para revertir una posible sobredosis de opiáceos.
Por su parte, Antoni Llort, trabajador social del Servei d’addiccions i Salut Mental del Hospital Sant Joan, pone en valor el trabajo que se lleva a cabo desde Arsu y desde el servicio. «Desde el año 2009 hasta el año pasado, los casos de hepatitis C en el Camp de Tarragona han disminuido un 90%. Buena parte de este resultado lo hemos conseguido gracias a Arsu, la Illeta y el Servei d’Addiccions del Hospital, gracias a nuestro trabajo y a los programas de prevención y reducción de riesgos».