El Nàstic volvió a las andadas en El Toralín. Un equipo que no impuso su ley en defensa y que le añadió una pobre versión ofensiva. El cóctel resultó dañino porque con esa versión es imposible ganar un partido. El 2-0 en El Toralín fue un resultado justo y que incluso pudo ser peor. Tres derrotas seguidas, dos en liga y una en Copa, sumergen al conjunto grana en un territorio inquietante.
No resulta nunca sencillo visitar uno de esos campos que dan mucho con poco. El Toralín es un estadio cuco. No necesita de una gran infraestructura para desprender fútbol clásico con un toque británico por los cuatro costados. Un campo que cuando se enciende quema al rival y espolea a los suyos. Un feudo del que salir con los tres puntos implica firmar un partido casi perfecto. El Nàstic lo consiguió el año pasado con un solitario gol de Marc Fernández y el objetivo era repetir la hazaña.
Rebollo, gran sorpresa en el once
Dani Vidal volvió a realizar múltiples cambios respecto al duelo copero del pasado miércoles. En concreto, fueron ocho las novedades. La más llamativa estaba en la portería. Dani Rebollo daba el sorpasso a Alberto Varo y ocupaba la meta grana. Un cambio inesperado, pero que premia el buen rendimiento del onubense bajo palos, tanto en el último encuentro liguero ante el Celta Fortuna como en el duelo copero ante el Huesca. Se le fichó para darle pelea a Alberto Varo y de momento lo está consiguiendo. Ya le ha arañado tres titularidades ligueras con la del Toralín.
Un Nàstic poco fluido en la primera mitad
El Nàstic se vio reflejado en los primeros minutos en la figura de Víctor Narro. Un extremo zurdo que es fino y delicado con la pelota y que no estaba nada cómodo en El Toralín, ejemplificando el sentir del equipo grana. La Ponferradina no es que estuviese plasmando una presión asfixiante, pero sí que estaba siendo suficientemente incordiosa como para provocar fallos en los pases y en los controles que no se suelen dar en los de Dani Vidal. A los tarraconenses les faltaba fluidez y tampoco lograban ganar las segundas jugadas. El conjunto del Bierzo tampoco es que amenazara en exceso el área de Dani Rebollo. Solo coleccionó un disparo a portería en el primer minuto de juego que atrapó Rebollo sin apuros. El resto de la primera mitad fue de mayor posesión de los de Javi Rey, pero sin un dominio peligroso. Apenas dos llegadas protagonizadas por Costa y Esquerdo en las que sendos remates no encontraron portería. Con el descanso acercándose, el conjunto de Dani Vidal comenzó a transitar con mayor velocidad y precisión. Pablo Fernández, Antoñín Cortés y Víctor Narro aglutinaron varias jugadas de nivel en el sector izquierdo. Combinaron y tiraron para atrás a una Ponferradina que cada vez concedió más metros. Eso sí, tampoco llegó ninguna ocasión clara por parte de un Nàstic al que como le sucedió ante el Huesca le estaba faltando mayor finura en los metros finales. El 0-0 al descanso era un resultado justo. A veces no hay goles, pero las ocasiones existen. No fue el caso de una primera parte en El Toralín en la que había mucha calidad sobre el verde, pero se estaba viendo engullida por una táctica que estaba sujetando a ambos equipos. La partida tenía todavía muchos movimientos por delante en una segunda mitad en la que se intuía que podían pasar cosas que sí que cambiaran el marcador.
Descosidos en la segunda mitad
Y pasaron varias cosas y no para agrado grana. La Ponferradina descosió al Nàstic en una segunda mitad en la que los granas volvieron a sacar esa cara negativa en defensa. Un equipo que no muestra contundencia en su área y al que el rival destroza porque tiene el tiempo suficiente para hilar y rematar.
El primer gol llevó la firma de un ex del Nàstic, aunque quizás muchos no recuerdan porque su paso por Tarragona fue efímero y decepcionante. Álvaro Bustos, que estuvo solo media temporada en la temporada 2017-2018 y que apenas jugó cuatro partidos antes de poner rumbo al Mallorca de Vicente Moreno con el que ascenso a Segunda División, se encontró con un caramelo en el punto de penalti. Nadie le achicó, solo Dufur desde la distancia, y remató un centro medido con sutileza. No le dio demasiada fuerza a la pelota, pero sí una colocación perfecta como para que Dani Rebollo ni siquiera pudiese oler el cuero. Era el minuto 54 y el partido se ponía muy en contra para un conjunto grana que nunca se había visto superior en él, ni en el marcador, ni de manera continuada en el juego.
El gol sentó mal a un Nàstic que se vio por debajo y que seguía muy espeso con la pelota. La tenía en algunas fases, pero sin fluidez ni amago de peligro. Dani Vidal intentó rescatar al equipo dando entrada a tres de sus hombres fuertes desde el rol de revulsivos. David Concha, Álex López y Álex Jiménez entraban en el lugar de Pablo Fernández, renqueante del tobillo, Unai Dufur, amonestado, y Marc Fernández, incómodo. Una triple sustitución que no cambió nada y que incluso se encontró con un segundo mazazo en los pocos minutos. El segundo tanto de la Ponferradina llegaba en el minuto 64 y nacía de las botas de Álex Mula, otro ex Nàstic, que tiró de ese talento inconstante que siempre ha tenido para encontrar solo en el segundo palo a Borja Valle. Demasiado libre llegó a esa pelota para conectar un centro en el que en boca de gol esperaba un Álex Costa. Un delantero centro nato del que Dani Vidal ya avisaba de su peligro en la previa del choque y que marcaba su sexto gol del curso en Primera RFEF.
Sin reacción alguna
El Nàstic se vio con un 2-0 en contra y una sensación de inferioridad evidente. No pudo hacer nada y el resultado pudo ser más escabroso si Dani Rebollo y el larguero no hubiesen el tercero tras un latigazo de Borja Valle que estuvo cerca de ser el tercero.
El primer remate del Nàstic a portería llegó en el minuto 85 con un cabezazo de Antoñín que atrapó Andrés Prieto. Fue el resumen de una tarde aciaga en El Toralín.
FICHA TÉCNICA
Ponferradina: Andrés Prieto, Carrique, Sibille, Novoa, Ramón, Álex Mula (Abelenda, 78′), Markel Lozano, Esquerdo, Bustos (Ernesto Gomez, 72′), Alex Costa (Cortés, 78′) y Borja Valle.
Nàstic: Rebollo, Joan Oriol, Dufur (Álex López, 61′), Leal, Pol Domingo (Tirlea, 66′), Narro (Jaume Jardí, 78′), Montalvo, Óscar Sanz, Marc Fernández (Álex Jiménez, 61′), Pablo Fernández (Concha, 61′) y Antoñín.
Goles: 1-0, Bustos (54’). 2-0, Costa (63’).
Árbitro: López Parra amonestó a Carrique (44’) de la Ponferradina y a Dufur (40’), Concha (69’), Sanz (74’), Jardí (87’) y Tirlea (93’).