Ni todos los de Tarragona son unos delicuentes, ni todos los de Girona destilan pureza. Lógico, dirán ustedes. Hay de todo. ¿Por qué decir algo tan obvio, pues? Porque cada vez que Nàstic y Llagostera filman un nuevo capítulo de su rivalidad esta evidencia se pone en duda. Como si los malos se concentrasen todos en el denostado sur de Barcelona. En Palamós hubo cánticos desagradables. Sí. Por desgracia suenan en casi todos los estadios. Estaría bien erradicarlos de una vez por todas. Pero volviendo a Palamós, hubo insultos en las dos direcciones. Quizás Oriol Alsina sólo oyera los que iban en contra de los suyos. Será sordera selectiva. O quizás puso la oreja a partir del minuto 24, cuando entró el último aficionado grana, después de más de media hora de cola.
Sordera selectiva
19 mayo 2017 19:34 |
Actualizado a 21 mayo 2017 20:39
Se lee en
minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este
enlace.
Comparte en:
Comentarios