Si tiene usted mucha curiosidad por lo que siente un costalero que soporta el peso de uno de esos espectaculares pasos de las procesiones de Semana Santa pero no pertenece a ninguna cofradía, no se preocupe; solo tiene que ir a Zamora, donde existe un simulador que ya está al alcance de los turistas y de cualquier ciudadano que quiera sentir lo que es ser cargador de un paso, ubicarse en el hueco asignado en el interior de la mesa procesional para elevarse, aguantar el peso de los banzos y realizar el trayecto con el balanceo al ritmo de la música de trompetas y tambores propia de estas celebraciones.
La idea se le ocurrió a Javier Martín, que ha sido durante más de veinte años cargador de la Magdalena y actualmente es jefe de paso de ese grupo escultórico que abre el desfile del Santo Entierro. La estructura permite realizar un trayecto virtual de tres minutos hasta la Catedral de Zamora, pero sintiendo de verdad el peso de 40 kilos en sus hombros.
Eso sí, si no está tan en forma, mejor esperar a la nueva versión del aparato, al que quieren incorporar «mecanismos adicionales para equilibrar cargas», de forma que se podrá graduar el peso que se soporta para reducirlo con el fin de hacerlo accesible también a niños y mujeres de menor fortaleza.
Asimismo, añadirán unas gafas de realidad virtual para poder mirar a los lados y sentirse acompañado por otros cargadores del paso.
Ya lo ven, cualquiera puede ya meter su cabeza entre banzos para soportar con sus hombros el peso de los grupos escultóricos más pesados, con la ventaja de que esta experiencia apenas llega a los tres minutos. Nada que ver con las seis horas que dura el desfile del Santo Entierro de Zamora. Pero bueno, algo es algo, que tampoco es cuestión de herniarse.