Putin llama a la invasión «Operación militar especial». No es una novedad este disfraz literario. Cuando en 1961 se levantó el Muro de Berlín le llamaron «Muro de contención antifascista».
Junto a la diferencia de relatos, hay una discrepancia de noticias e interpretaciones. Las tropas rusas dejan Kíiv. Los ucranianos lo califican de derrota y Rusia de retirada. El bombardeo al teatro de Mariúpol fue un ataque ruso, aunque Moscú lo niega. El hundimiento del crucero Moskva lo produjeron misiles ucranianos y para Rusia es un incendio fortuito. La matanza de Bucha, para Kíiv es un genocidio y para Putin, un montaje…
Suerte que hay periodistas sobre el terreno que cuentan lo que ven y lo que investigan sin más atadura que la verdad de los hechos.