Propósitos y esas cosas

El año nuevo ya asoma la cabeza, como si de un parto de doce meses se tratara... Y tal vez a ti te haya pasado como a mí, que te sorprendes con propósitos en tu cabeza, pensando en el año que viene... en todas esas cosas que quieres hacer, hábitos o rutinas que quieres introducir en tu vida, y que vas aplazando, así de a poco. De a poco quiere decir, que hoy dices que mañana, mañana que pasado, luego aparece el fin de semana y ya pues entonces lo dejas aparcado para el lunes siguiente. Y así de a poco, es como se nos escapa la vida.

Para mí la vida que dejamos escapar, es la vida que no vivimos, la que pensamos pero que no hacemos nada por ella. Recuerdo hace muchos años, después de una clase de aeróbic, ya en la ducha, una mujer decía, -ahora cuando llegue a mi casa me voy a comer dos huevos fritos con pimientos. Os podéis imaginar algunas reacciones, que si después de hacer ejercicio, que si no servía para nada, o como dice una amiga mía «que si tomba que si gira». Eso que se nos da tan bien de opinar cuando nadie te lo pide. ¿Sabéis que contestó ella? En aquel momento se estaba viviendo la guerra en Bosnia, y ella dijo, -claro que me lo voy a comer, para que luego llegue una guerra y piense, aquellos huevos con pimientos que me pude comer y no me comí. Y así fue, como ella aquella noche, viviría un trocito más de vida, al untar con el pan y mezclar los colores de los huevos fritos con los pimientos.

Si hay algo que de verdad te apetece hacer o crees que es bueno para ti y te hace bien, busca la manera de no aplazarlo. Cuando lo aplazamos puede ser por distintos motivos, a veces porque igual no lo queremos tanto, a veces porque la manera en que lo probamos de hacer no nos funciona, y entonces tenemos que encontrar otra. Y claro que puede haber más motivos, pero si en verdad lo que te planteas no es un imposible, no deberías esperar al 1 de enero, ni a que sea lunes, ni a que se alineen los astros para ponerte con ello.

Creo que todos deberíamos buscar cual son las cosas que nos hacen bien, para poder disfrutarlas como tal, y para poder repetirlas más veces. Llevo tiempo diciendo para mí lo importante que es agradecer, pero para poder dar las gracias por algo primero hemos de ser conscientes de ello. Estaría bien que consiguiéramos centrarnos un poco más en lo que vivimos en presente, y con sencillez. Hasta tomarte el café puede ser diferente según como lo sientas. Y no hace falta que sea el mejor café del mundo, o que estés en compañía de George Clooney, eres tú con un café... debería ser suficiente, para saborearlo y disfrutarlo.

Recuerdo en el año 1992 una entrevista que le hicieron a Olivia Newton John cuando le acababan de diagnosticar cáncer, el titular era: «He aprendido a beber un vaso de agua sólo pensando en el vaso de agua». Añadía que en la vida íbamos como locos pensando en cuatro cosas a la vez. Han pasado 30 años ¿os resuena a algo?

Esa frase me ha acompañado desde entonces aunque reconozco que no la pongo tanto en práctica como quisiera. Para ayudarme desde hace un tiempo, me hice un cuadrante a modo de tabla, una por cada mes, como un calendario y lo tengo puesto en mi rincón de casa. Cada día apunto al menos una cosa de esas que me hacen bien. De verdad que cuando van pasando los días y lo ves, la sensación es genial. Porque las cositas que apunto son las que me ayudan a ser consciente de que la vida se vive de a pocos, y que esos pocos van llenando tu mochila de vida. Es probable que tengas algún calendario colgado en casa, te invito a que este año además de apuntar los días que tienes citas médicas, o en la peluquería, reuniones de trabajo o algo de los niños, pruebes a escribir esas cositas que te hacen bien. Te aseguro que descubrir la vida viviéndola de a poquitos es un regalo que nadie más que tú te puede regalar.