Monedero es el Bárcenas de Podemos». Con ese dardo se ha sumado Sánchez al concurso de invectivas contra el partido de moda. No está mal, aunque en el PP le llevan ventaja desde que Arriola abrió la veda de los frikis: lepenistas, antiespañoles, inquisidores, hijos del FRAP, bolcheviques de la ruina, patrocinadores de narcoestados corruptos y represores. En esta tómbola vale todo. En la denuncia de Manos Limpias contra Pablo Iglesias, imputándole diez delitos incluyendo organización criminal, se le compara con Pol Pot, Hitler o Mao. En pocas pinceladas: Pol Pot, líder genocida de los Jemeres Rojos que exterminó a la cuarta parte de Camboya; Hitler, desencadenó la II Guerra Mundial y firmó un Holocausto de siete millones de judíos; Mao, timonel de una tiranía que se cobró de veinte a setenta millones. En fin, de momento esta estrategia burda ha logrado excelentes resultados: en la última encuesta, Podemos se coloca como primer partido; y en el CIS, descontada la cocina, también. ¡Más madera! El burdo ataque socialista no parece muy inteligente. Pero ¿por qué iba a ser esta vez una excepción? Más allá de mimetizarse con la estrategia del PP, esa comparación es tan torpe que incluso quita hierro a Bárcenas, implicado en la trama ‘Gürtel’, una red de corrupción con cientos de tajadas ilegales a cambio de contrataciones públicas que ya se ha cobrado más de una decena de cargos, donde los papeles del tesorero han elevado el escándalo al hacerse público que había pagado sobresueldos durante años a la cúpula de Génova con una caja B que además de obras ilegales en la sede a él le había permitido acumular decenas de millones en Suiza. Hombre, hombre, Monedero está bajo sospecha de una trampa fiscal por la que aún ha de explicarse o dimitir si es que van a romper el código al uso de ‘la casta’, pero la comparación parece sencillamente ridícula. Esa táctica de sembrar desconfianza es un éxito, pero no precisamente contra Podemos. En este círculo vicioso, ganan.
Y los medios tampoco escapan a la tómbola. Podemos ya tiene portadas que no se le han hecho a ‘Gürtel’ o ‘Filesa’ –no tardará en salir a cinco columnas si Errejón se salta un ‘cedaelpaso’– y hay ilustres del gremio que llaman Pedemos a Podemos, optan por gansadas tabernarias tipo ‘los líderes de Podemos Ducharnos porque Olemos a Choto’ y así hasta pullas bárbaras al modo de ‘Iglesias y Monedero nos tratarían a los adversarios como su admirado Castro: nos encarcelarían o matarían’. Claro que hay argumentos contundentes contra Podemos, muchos, pero la crítica afinada es imposible con brocha gorda. De ese modo acaba por parecer que no hay más que esos brochazos caricaturescos que no desacreditan al retratado sino al retratista. No es tan raro que la clientela de Podemos perciba una hostilidad necia que ha acabado por provocares oídos sordos. Brillante.