Magnates donantes

Lo mejor del dinero es que permite renunciar al dinero para ocuparse de cosas importantes

19 mayo 2017 20:59 | Actualizado a 22 mayo 2017 11:14
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Que un magnate anuncie la entrega del 99% de su fortuna para causas benéficas e investigaciones médicas debería ser una buena noticia. Echemos cuentas. Si las acciones de Mark Zuckerberg en Facebook están valoradas actualmente en 45.000 millones de dólares, eso quiere decir que en el futuro el mundo contará con unos miles de hospitales más, o con menos países pobres, o con poblaciones enteras que habrán dejado de sufrir el hambre que hoy las está diezmando. Con que un puñado de multimillonarios repitieran el gesto de Zuckerberg se erradicaría de un plumazo gran parte de la miseria en el planeta. No está la cosa como para hacer ascos a esta clase de regalos. Pero ya han surgido voces que ponen en duda la buena intención del donante y cuestionan tanto los plazos de una donación que no será inmediata como su destino concreto. Estamos tan cargados de suspicacia que vemos gato encerrado en todo lo que suene a generosidad. Es cierto que llegado a ciertos niveles de riqueza uno puede desprenderse de auténticas fortunas sin hacer peligrar un nivel de vida fastuoso ni el estatus confortable para varias generaciones de herederos.

Cuando a alguien le sale el dinero por las orejas le puede resultar más cómodo dejarlo caer que agacharse a recogerlo. Quiero decir que no hablamos de mérito, sino de resultados. Posiblemente sea más meritorio el detalle de quien el fin de semana pasado se privó de comprar carne en el supermercado para responder a la colecta del Banco de Alimentos con unos cuantos botes de legumbres. La diferencia está en que lo conseguido por millones de donantes de víveres puede lograrlo una sola persona con un golpe de chequera. Hay algo en la decisión de Zuckerberg, sin embargo, que invita a la reflexión. El creador de ese invento tan tremendo como es Facebook ha dado el paso con motivo del nacimiento de su hija. Al parecer no quiere que la niña lo tenga tan fácil que se olvide de crecer, de formarse, de poner empeño para salir adelante en la vida. O sea, ha hecho una inversión en lo que todos los padres y las madres estarían dispuestos a hacer sin escatimar gastos ni sacrificios: la educación de sus retoños. A veces lo mejor del dinero es que permite renunciar al dinero para ocuparse de cosas más importantes. Zuckerberg no ha sido el único.

Cada vez se dan más casos de grandes empresarios y potentados que destinan parte de sus fortunas a buenas causas. Lástima que las listas de la generosidad publicadas solo mencionen a la elite mundial de los megamillonarios sensibles. Estoy seguro de que si descendieran hasta puestos menores encontraría a los más favorecidos de mis compatriotas dándose codazos para ser los primeros en llegar a Cáritas, a Acnur o incluso a Hacienda. Lo que pasa es que lo hacen a escondidas para evitar suspicacias.

Comentarios
Multimedia Diari