Puntualmente, como todos los años en octubre, millares de mariposas que proceden del norte de Europa cruzan los Pirineos rumbo al sur. Estos días se pueden observar en el litoral mediterráneo y son visibles en Reus y en Tarragona, principalmente en espacios abiertos, parques o jardines.
Los ejemplares pertenecen a la especie ‘Vanessa Atalanta’. Viajan miles de km, pues vienen de puntos distantes como el norte de Inglaterra o Escandinavia. El objetivo de esta mariposa migratoria -que pesa menos de un gramo- es reproducirse. Los estudios de Constantí Stefanescu, biólogo establecido en el Vallés Oriental, indican que estos ejemplares, en estos días y hasta noviembre, depositan sus huevos en las hojas de los cardos silvestres o plantas similares para luego regresar al norte para invernar. Este investigador, registra desde hace más de 30 años estas migraciones como coordinador de una red de más de 150 puntos de observación en Catalunya. Esta especie es la que tiene mayor distribución en el planeta.
No solo se reproduce en territorio español, sino que cruza al Magreb e incluso hay ejemplares que llegan hasta el Sahara. En todos los lugares elegidos para la reproducción, de los huevos que depositan estas mariposas nacerán orugas que tendrán un desarrollo muy lento alimentándose de las plantas que les cobijaron. Finalmente en marzo o abril, la nueva generación de ejemplares adultos emprenderá vuelo hacia el centro y norte de Europa. Allí se reproducirán durante el verano y su descendencia retornará a nuestras tierras en otoño cerrando este ciclo nuevamente. Los estudios muestran que estas mariposas llegan a recorrer hasta 12.000 km en un año. Pueden realizar sus migraciones a gran altura, aprovechando las corrientes de aire. El biólogo catalán, afirma que hay una tendencia preocupante: cada vez hay menos mariposas. Los investigadores prestan gran atención a este dato por la condición de bioindicador de estos insectos. Los espacios industriales y las prácticas no muy respetuosas con el medio ambiente provocan este declive. En el último milenio, las especies han tenido que evolucionar y adaptarse a un clima en constante variación. Pero las actividades humanas en el último siglo han desbordado esa capacidad. El panel mundial integrado por más de 200 científicos, indica en su reciente informe que «muchos de los cambios observados en el clima no tienen precedentes en miles de años».
Quizás, a pesar del trajín habitual de las ciudades, algunos tarraconenses habrán advertido el vuelo de estos insectos, que se pueden ver posados en flores o plantas con sus alas abiertas al sol. A veces, una simple mariposa puede ser la señal de un viaje espectacular y un regalo de la naturaleza, pero a la vez, el alerta de que seguimos destruyendo el medio ambiente con el riesgo que representa para todas las formas de vida.