Esta semana, la revista estadounidense TIME nombró al presidente electo Joe Biden y a la vicepresidenta electa Kamala Harris como las personas del año 2020. Biden y Harris superaron a una lista de candidatos que se redujo a cuatro finalistas: además de los dos políticos demócratas, estaban los trabajadores de atención médica de primera línea (junto con el principal experto en enfermedades infecciosas del país, el doctor Anthony Fauci), el movimiento de justicia racial y el presidente Donald Trump.
La revista justificó la elección «por cambiar la historia estadounidense, por mostrar que las fuerzas de la empatía son mayores que las furias de la división, por compartir una visión de sanación en un mundo en duelo, Joe Biden y Kamala Harris son la Persona del Año 2020 de TIME», escribió el editor de la revista, Edward Felsenthal.
No hay duda que para muchos en Estados Unidos, y millones en el mundo, la elección de Joe Biden supuso un alivio para poder encarar los grandes problemas que hoy tiene el planeta con un renovado liderazgo de este país. La pandemia, la crisis climática o las amenazas de Irán, Rusia o China a las democracias occidentales son algunos de los principales, pero si algo ha marcado el año 2020 ha sido el nuevo coronavirus y la enfermedad que causa, la COVID-19, que ha desbordado los sistemas de salud y atención médica en todo el mundo.
Joe Biden es un político de 78 años con más de cuatro décadas moviéndose en los círculos de poder estadounidense. Fue elegido Senador por el estado de Delaware en 1973, y desde entonces no ha abandonado la política. Se postuló dos veces como candidato presidencial en las primarias de su partido, ha ocupado cargos en diversos comités del Senado, fue vicepresidente con Barack Obama durante ocho años y el 3 de noviembre derrotó a Donald Trump. Él, como pocos, encarna lo que es un político de carrera. Dada la polarización y la crisis que vive Estados Unidos, su victoria fue un alivio para muchos pero no una sorpresa.
Este 2020 ha estado marcado por la pandemia, que cuando escribo estas líneas, lleva más de 71 millones de casos en todo el mundo (casi 16 millones en EE UU), y se ha cobrado la vida de 1,6 millones de personas (casi 300.000 en EE UU). La crisis de salud no tiene precedentes en la historia reciente. Los hospitales están saturados, los servicios de urgencia no dan abasto, como tampoco las funerarias. Biden tiene que demostrar todavía su desempeño como presidente; ganar la elección no es el final del trayecto, sino el principio —y más en este momento crucial para la humanidad—. Quien se ha dejado la piel este año, quien ha demostrado con sudor, lágrimas, esfuerzo y una valentía de quien realmente se juega la vida es sin duda el personal sanitario.
Time no solo no ha acertado en su elección, sino que es injusto con los millones de trabajadores que continúan luchando en silencio para salvar vidas, acompañar a enfermos y consolar a las familias que han perdido a sus seres queridos.
La persona del año 2020 no tiene un nombre propio, tiene millones, y son los trabajadores de atención médica de primera línea en Estados Unidos y todo el mundo.
Gustau Alegret es director de noticias en Estados Unidos de NTN24 y corresponsal de RAC1. También es experto en comunicación política y corporativa.