Hoy vamos a poder comprobar lo difícil que le va a resultar al presidente Pedro Sánchez esta legislatura. El gobierno presenta en el Congreso una ley omnibús que parece puede ser torpedeada por Junts.
El problema parece residir en que los exconvergentes consideran que hay algunos contenidos que invaden competencias de la Generalitat, no resuelve a su gusto la infrafinanciación de Catalunya y pone en peligro algunos aspectos de la ley de amnistía.
En todo caso, primera piedra de toque del frágil acuerdo entre el Gobierno de coalición con Puigdemont y los suyos. Veremos si esta amenaza esgrimida con contundencia en los días anteriores se consuma o es sólo una forma más de presionar y recordarle semanalmente al Gobierno que su vida pende de un hilo.
Sería de agradecer por la parte del Gobierno que los decretos leyes se conviertieran en una excepción y no en el método a seguir como fue en la anterior legislatura. Y sería de agradecer por la parte de Junts que dejen la gestualidad y aporten algo más de seriedad al debate, sin olvidar que sólo tienen siete diputados con el peso que eso supone en la representación popular.
Paralelamente, en Madrid todos los ojos ya están puestos en el 18 de febrero, cuando se celebrarán las elecciones en Galicia. Tras el ‘veto’ lanzado por el fundador de Podemos se ha abierto un periodo de incertidumbre que sólo puede anunciar lo peor para la izquierda en Galicia, aunque Feijóo no las tenga todas consigo.
En fin... seguiremos atentos a la actualidad en la capital madrileña y ustedes seguirán muy bien informados a través de las páginas de este periódico. Hoy termino con este artículo mi colaboración mensual con el Diari y tenía la necesidad y obligación de despedirme de los lectores que de una u otra forma se han asomado a esta ventana estos años.
Recuerdo con nostalgia los primeros pasos que di en la profesión periodística compartiendo las primeras prácticas con David Castillo (con quien me unían también afinidades musicales... los dos teníamos un grupo) o Fede Porta. Estos primeros escarceos los recuerdo ahora con perspectiva como sencillos (filtrar teletipos y distinguir de lo que llegaba lo que merecía la pena o lo que no), pero en aquellos momentos me llenaban de tensión y hasta de temor a no acertar y defraudar expectativas.
El Diari ha vivido muchas vidas y, mientras otros medios han tenido una vida corta o han acabado doblando el espinazo, ha permanecido fiel a su compromiso desde su nacimiento. Y desde entonces como un buen camaleón ha tenido que pasar por todo tipo de direcciones (especialmente en la larga y oscura etapa del franquismo) que han mantenido diversas posturas frente al oficio de informar.
Pero lo que ha permanecido siempre es la conexión con la inmediatez y con lo cercano sabiendo que esta era un arma infalible ante la proliferación de medios o la explosión tecnológica, que ha sido sin duda el mayor reto de la prensa escrita.
Y seguro que en el futuro la apuesta seguirá funcionando. Esta cercanía y apuesta por lo local se ha sumado a la resiliencia que ha mostrado ante los vaivenes del sector. También ha servido de vertebrador de una provincia que históricamente ha padecido de baja o nula autoestima. Este sentimiento ha sobrevolado en todos los sectores e infectado la idea que teníamos de nosotros mismos. Muchas veces nos hemos sentido inferiores o nos hemos enredado en absurdas y estériles peleas comarcales tiñendo de gris una realidad que era mucho más clara y mejor. Hablo al menos por una parte de mi generación, que en una gran parte siempre miró a otros escenarios más o menos lejanos como el destino deseado profesionalmente.
Siempre recordaré unas sabias palabras de un compañero de Radio Reus que, ante mi angustia por vivir el periodismo según mis sueños lo habían dibujado, me recordó que en la esquina más cercana hay multitud de historias apasionantes que contar.
Afortunadamente, las nuevas generaciones han cambiado y han contribuido a cambiar el carácter de una provincia que se ha convertido en entorno privilegiado y como uno de los entornos donde se puede mantener un excelente equilibrio personal y profesional con una muy apreciable calidad de vida.
El Diari ha sido testigo de este proceso y respira una salud periodística y una juventud que asegura por muchos años su compromiso y cita diaria con el lector. Por muchos años, Diari de Tarragona, y gracias por la oportunidad de haber colaborado.