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La guerra que viene

01 octubre 2024 18:12 | Actualizado a 02 octubre 2024 07:00
Diego Carcedo
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Hace meses que se viene temiendo el estallido de una guerra en Oriente Próximo, pero la realidad es que ya empezó. Ayer mismo Israel comenzó la temida invasión del Líbano. Irán lleva años amenazando y estamos asistiendo a un enfrentamiento al que los israelíes están adelantándose. Todos estos días pasados asistimos a un ataque en toda regla contra Hizbulá, una milicia afincada en el Líbano, calificada como organización terrorista, aunque la realidad es que se trata de bastante más: un ejército bien entrenado y bien armado con aviación y artillería, que como se está demostrando tiene como objetivo atacar y hasta aniquilar el Estado de Israel.

Detrás está Irán que, consciente de que se trata de un enfrentamiento difícil de ganar, lo lleva tiempo preparando con la intención de conseguir sus objetivos llegado el estallido de la contienda. Su estrategia consistió en aprovechar la variedad de algunas milicias palestinas para que una vez consolidadas se convirtieran en frentes de ataque desde las diferentes fronteras. La primera fue Hamas que tras romper con la Autoridad Palestina instalada en la Cisjordania -con la que se mantenía viva una esperanza de acuerdo de creación de un Estado – enseguida rompió con la Autoridad de la que formaba parte y se hizo con el control de la Franja.

Aunque nunca rompió oficialmente con el Gobierno instalado en Ramala, Hamás se hizo con el poder, sin contar con el grueso de sus habitantes y se estuvo preparando para llegado el momento de plantear la batalla estar bien preparados con su red de túneles y sus provisiones de armamento proporcionado por Irán, a pesar de que no compartían la misma rama del Islán. Irán entre tanto se volcó en incrementar la capacidad de Hizbulá, que compartía la fe chiita de los talibanes y contaba con el territorio del Líbano, un país que controlan en la practica y al que materialmente destrozaron convirtiéndolo en un Estado fallido.

Paralelamente apoyaron a la guerrilla de los hutis en el Yemen, enfrentados a Arabia Saudita, su principal enemigo de Irán en la Zona. Claro que esta estrategia multilateral no pasó inadvertida a la inteligencia israelí que cuando comenzó Hizbulá a atacar desde el sur del Líbano, alegando que ayudaba a Hamas, demostró su capacidad de defenderse sin las armas y puso en marcha la iniciativa, difícil de explicar, de hacer estallar al mismo tiempo a cerca de tres mil miembros de la organización que portaban sin sospecharlo viejos artilugios conocidos como busca personas portadores de explosivos. Una exhibición de capacidad defensiva que dejó perplejo a todos los expertos.

El bombardeo más reciente contra las bases hutis, los autores de los ataques a la navegación por el mar Rojo, fue la prueba ante la opinión internacional de que se estaba ante una iniciativa global de Irán, que reaccionó con represalias contra Israel –que ya había frustrado su proyecto de crear la bomba atómica– con una guerra de consecuencias imprevisible, pero Israel ha demostrado que está al corriente de los planes iranies y es poco probable que Irán de arriesgue a enfrentarse con un enemigo capaz de vencer su fuerza solo desde la inteligencia.

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