En el verano de 1962 una pareja de directores de cine, uno inglés (un tal Alfred Hitchcock) y otro francés (François Truffaut), lograron llevar a un libro sus conversaciones cinematográficas. La publicación, conocida como la ‘Biblia del cine’, ha dado para mucho a lo largo de 43 años. Tanto ha dado que no hay cineasta que se precie que no esté de acuerdo en que se trata de la aproximación más certera hasta el día de hoy a un oficio un tanto desconocido... el de realizador de cine.
Supongo que uno de los que no lo han leído es, por ejemplo, Santiago Segura. Pero eso tampoco le importa mucho, seguro, Santiago.
Lo importante es que ahora, casi medio siglo después, un grupo de cineastas de la nueva generación han decidido poner su granito de arena a actualizar esas conversaciones. Así, Martin Scorsese, David Fincher o Wes Anderson dan la cara frente a realizadores franceses como Olivier Assayas o Arnaud Desplechin en el documental ‘Hitchcock/Truffaut’. Digo todo esto por una cosa muy simple: el Festival de Cine de Cannes no sólo muestra el cine que se hace, sino que nos enseña ‘cómo se hace el cine’.
El resultado de ese maravilloso documental es una visión espléndida de los cambios creativos que ha venido sufriendo el séptimo arte desde 1962. ¿Queda algo por decir en el mundo del celuloide que no se haya dicho ya? Sí. Y mucho. Probablemete, dentro de otros 43 años podremos comprobarlo. El cine es creación y pasión. En cualquiera de sus ámbitos. Pero, sobre todo, como demostraron Hitchcock y Truffaut, el cine es universal.