Este sábado 17 de agosto hace siete años de una de las noches más trágicas que recuerdo. Estaba ya en la cama, después de asimilar todo lo ocurrido hacía unas horas en Barcelona, cuando vi por redes sociales que mi pueblo estaba viviendo la misma horrible situación. No era posible. ¿Por qué en Cambrils? sigue rondando en mi cabeza.
Había recorrido ese paseo miles de veces, mi hermano estuvo en el mismo lugar de los hechos 24 horas antes y tengo amigos que tuvieron que encerrarse en la primera tienda que encontraron para mantenerse a salvo. No es justo que nadie tenga que pasar por esto. Pero Barcelona y Cambrils tienen la mala suerte de recordar el 17 y el 18 de agosto como un día negro en el calendario.
Cuando paso por delante del Memorial por la Pau de Cambrils, delante del Nàutic, sigo recordando con enfado y tristeza la trágica noche que nos tocó vivir hace siete años.