La magia de los Juegos

Desde el 26 de julio se celebran los Juegos Olímpicos de París. ¿Qué tendrá esta competición que la hace tan especial? Es difícil describirlo, pero genera unas emociones que pocas veces se encuentran en el deporte. El otro día mi pareja me comentaba que se había emocionado con el final del triatlón femenino. «¿Te puedes creer que se me ha escapado la lágrima por la ganadora y no la conozco de nada? Qué emocionante». Creo que su sentir es el que resume perfectamente porque cada cuatro años el deporte late con más fuerza que nunca. Los aficionados a él y los que no se congregan delante de la televisión para sufrir, reír y llorar con deportistas a los que unos días antes ni siquiera conocían. Carolina Marín y Carlos Alcaraz son dos ejemplo de ello. La primera se quedó a las puertas de la final tras una lesión de rodilla y el segundo perdió tras un partido histórico ante Novak Djokovic. Honor para ambos.