Un buen amigo me decía estos días que hay décadas en las que no pasa nada, y semanas en las que pasan décadas. Lo comentaba a cuento de las recientes e históricas noticias que nos llegan desde Siria, donde la guerra parecía enquistada, con Bashar Al-Asad instalado en el poder de manera medianamente cómoda, y el reparto del tablero –rebeldes, gobierno, kurdos, turcos, rusos...– más o menos estancado... Hasta que, en cuestión de días, se precipitaba todo, el HTS conquistaba medio país, las grandes potencias dejaban que Al-Asad cayera, y el dictador abandonaba Siria tras más de dos décadas en el poder.
Momentos como éste requieren análisis extensos y profundos, que no caben en este espacio. Pero también merecen algo más: recordar todos los días y nombres que esconden esas décadas en las que no pasaba nada. Esas jornadas de bombardeos, esas huidas a Europa, esas noches de llanto, esas torturas en las prisiones del régimen, esas salvajadas de los yihadistas... Mis amigos Daniel, Sarah, Bashar, Gabriel, Marc, Zoya... En estos días de momentos históricos y nombres para la historia –Al-Asad, Al-Jolani, Putin, Trump...–, no dejo de acordarme de los días corrientes de guerra, soledad, hambre y exilio que vivieron ellos, y no olvido sus nombres. No quiero olvidar todos los días y nombres de Síria.