Hoy hace un año, Hamás entró en Israel, mató a 1.200 personas y secuestró a 250. La mitad las tiene aún en su poder. La represalia israelí ha provocado en Gaza 42.000 muertos, según la autoridad sanitaria de Hamás. La revista médica Lancet calcula que pueden ser cuatro veces más, hasta 186.000, por consecuencias de heridas y de falta de atención hospitalaria. Por otra parte, se calcula que en los ataques al Líbano han fallecido 2.000 personas y 700 en Cisjordania. No se dan cifras de bajas israelíes.
Detrás de los números hay vidas, como las de una familia palestina: el padre había ido a empadronar a sus hijos gemelos de cuatro días, Aser y Auisel, cuando recibió una llamada: «tus hijos, tu esposa y la abuela han muerto al ser bombardeada tu casa».