Donald Trump ha logrado lo que los hermanos Castro no consiguieron en cuatro décadas: silenciar a Radio y TV Martí. Era una emisora financiada por Estados Unidos que impulsó Reagan. Emitía desde Miami para alentar a la oposición cubana contra el comunismo. Los recortes de Elon Musk han acabado con ella. Su última emisión fue en la noche del 15 de marzo.
Trump no piensa tanto en Cuba como sus antecesores. Piensa más en Canadá, Groenlandia, el Golfo de México, Panamá... y menos en la isla que representó el bastión comunista en América.
La emisora informaba de lo que la censura gubernamental impedía conocer, y contaba algún chiste sobre la falta de productividad en la isla: «Nosotros hacemos ver que trabajamos y el Gobierno hace ver que nos paga».