Nada

Nada. Carmen Laforet. «El coche dio la vuelta a la plaza de la Universidad y recuerdo que el bello edificio me conmovió como un grave saludo de bienvenida». La protagonista de la historia llega a la ciudad de Barcelona y se dirige hasta la casa en un coche que toma en la puerta de la estación de trenes. Está expectante por todo lo que cree que le espera vivir en esta nueva etapa de su vida que comienza y maravillada por la ciudad que ve a su alrededor, por eso, cuando ve frente a sí el edificio de la casa de estudios donde comenzará a cursar, se conmueve profundamente y compara esa vista con la sensación que le causaría un grave saludo de bienvenida. Ya no sabemos lo que es un grave saludo de bienvenida. Casi no conocemos a nadie que se llame Angustias (como la tía de la protagonistas). Todos hemos visto el libro de Carmen Laforet en casas que ya no poseemos. Fue la primera novela en ganar el premio Nadal. La primera mujer. Pero desapareció. Era guapa, atractiva y escribía como los ángeles en los tiempos grises y oscuros de la posguerra. En una ciudad que era un infierno (Barcelona). Nació hace 103 años y nos dijo que «por eso me quedo, porque puedo irme». Eso no es Nada, querida Carmen.