Éxito

Escribo esta columna exhausta. Siete horas de Concurs de Castells le dejan a una machacada, pero feliz. Me hago mayor. Pero he gritado como la que más. Incluso mientras el President del Parlament me explicaba algo, mi colla ha coronado un castell y me he venido arriba como una vikinga antes de asaltar una aldea sajona. El President del Parlament ha disimulado pero seguro que debe haber pensado que menuda tropa tiene este ‘Diari’ en la dirección. Razón no le falta. Entre castell y castell un viejo amigo, algo zorro (por listo) y algo diablo (por lo de la edad y la sabiduría), me ha dicho que tengo éxito. La palabra ‘éxito’ viene del latín ‘exitus’ y significa final o término. En inglés directamente indica la salida. Le pido por favor que me lo concrete, y me responde «para mí tener éxito significa que si nos toca comer juntos me da una alegría». Se lo compro. Tener éxito no es triunfar, es tener la capacidad suficiente de ofrecer a quienes te rodean una buena compañía. Ser lo suficientemente agradable como para que pasar un rato contigo no sea una tortura. Parece sencillo, pero me imagino que si este viejo amigo me lo señala, seguro que algo de mérito tiene. Me comentan que el fotógrafo Emilio Morenatti andaba colgado por el techo de la TAP. Morenatti sí que es la definición de éxito. Dos premios Pulitzer, innumerables portadas del New York Times, y una decencia a prueba de bombas. Indiscutible.