Quiero suponer que el magnate de la tecnología Elon Musk quiere a sus hijos. Sí, ¿cómo no los va a querer? Aunque, a decir verdad, a veces no lo demuestre demasiado, al menos si nos atenemos a la elección de sus nombres.
Recientemente ha nacido su undécimo vástago, el tercero con su actual pareja, la cantante Grimes, de 35 años, 17 menos que el dueño de Tesla y de la red social X –antes Twitter–. Y su nombre no ha dejado indiferente a nadie: Techno Mechanicus.
Sí, a mí también me recuerda a algunos personajes de la genial película La vida de Brian, de los no menos geniales Monty Python –Pijus Magnificus, por ejemplo, o su esposa, Incontinentia Summa...–. Elon Musk es así, le gusta que se hable de él. Y no es la primera vez que el extravagante multimillonario elige nombres inverosímiles para su descendencia, aunque al menos en esta ocasión es fácil de pronunciar; más complicado resultó el de su primer hijo con Grimes, nacido en mayo del año 2020, que se llama X AE A-XII.
Al año siguiente, en diciembre de 2021, llegó al mundo mediante un vientre de alquiler Exa Dark Sideral Musk. No sé qué pensarán estos pequeños de sus nombres cuando crezcan, ni cómo les llamarán sus amigos –si se mudaran a Cádiz, seguro que les pondrían un mote mucho más fácil de pronunciar–, como no me imagino la cara de los maestros pasando lista en clase.
Claro que después de lo que pasó con su hijo Xavier, ya nada me extraña. Para uno que tenía un nombre común, reconocible, va el mozo –ahora tiene 19 años– y se lo cambia para pasar a llamarse Vivian Jenna Wilson, adoptando así el apellido de su madre y eliminando cualquier tipo de relación con Musk.
¿Sería en represalia por el nombre tan ‘vulgar’ que le puso?