Jóvenes y futuro

El CaixaFòrum acogió ayer el cuarto coloquio de los ‘Debats en positiu’ que organiza el Diari en colaboración con la Fundació ‘la Caixa’, que en esta ocasión versó sobre el futuro de los jóvenes y tuvo como ponentes al economista Agustí Segarra, el sociólogo Ángel Belzunegui y el joven periodista Álex Riba. Allí se comentó que los jóvenes en general se sienten poco concernidos por la política y la economía. ¿Puede alguien extrañarse de esto cuando los hemos abandonado a su suerte? ¿Cuando muchos analistas hablan de ellos como ‘la generación perdida’? También se habló de futuro. Pero, ¿tiene futuro un país donde la juventud se topa con barreras infranqueables para instalarse en la vida, donde está condenada a salarios ínfimos incluso en trabajos acordes a su formación –hay ingenieros y médicos ejerciendo de ingenieros y de médicos por mil euros–, donde los jóvenes están desorientados porque la formación que han recibido no coincide con la demanda real del mercado laboral, donde llegan a los 30 años sin contratos de trabajo formales, viviendo con sus padres y sin poder siquiera pensar en formar una familia? No, no es que no se sientan concernidos; es que están indignados con una política que los posterga y los margina. El asunto es lo suficientemente importante y transversal como para comenzar a preocuparnos por uno de nuestros mayores problemas: la dificultad de nuestros jóvenes por alcanzar una vida digna. Para que la juventud siga siendo ese divino tesoro.