¿Llevar el principal concierto de Santa Tecla, el que protagonizarían Arc de Triomf y The Tyets, el grupo de moda, al Parc del Francolí? Parecía una apuesta arriesgada y cundía cierto temor a una escasa afluencia de público. Incluso, ante las dudas, se puso un bus lanzadera desde la plaza Imperial Tarraco para animar a la gente a llegar a ‘tan remoto’ punto de la ciudad.
Pero los tarraconenses, mucho mas pragmáticos, no tuvieron el menor problema en recorrer esos pocos cientos de metros andando –daba gusto ver bajar por las ramblas Lluís Companys y Francesc Macià un festivo río de gente de todas las edades, desde grupos de adolescentes y jóvenes, hasta familias enteras– para llenar hasta la bandera el recinto y convertir el evento en el concierto más multitudinario que jamás haya visto esta ciudad. Más de 13.000 personas.
De hecho, aunque en mucha menor proporción, posiblemente por la diversidad de la oferta, el Parc del Francolí ya había demostrado el sábado por la noche, con las actuaciones de La Cosina, La Fúmiga y el DJ Ceba, sus excelentes condiciones para acoger este tipo de actos. Todo un éxito que demuestra que sí, que se puede descentralizar la fiesta; que Tarragona es mucho más que la Part Alta, la Rambla Vella y la Rambla Nova; que más allá de la Imperial Tarraco también hay vida –y negocios que merecen beneficiarse de la fiesta–.
Y créanme, el Francolí no está tan lejos; de hecho, somos muchos los que vivimos por allí y cada día nos desplazamos al centro. Caminando, porque no siempre hay bus lanzadera. Ni falta que hace, son apenas diez minutos y uno se ejercita un poco, lo que nunca viene mal. Pues eso. Un acierto. Enhorabuena a los organizadores y que siga la fiesta. Eso sí, por toda la ciudad.
