<iframe src="https://www.googletagmanager.com/ns.html?id=GTM-THKVV39" height="0" width="0" style="display:none;visibility:hidden">
Whatsapp Diari de Tarragona

Para seguir toda la actualidad desde Tarragona, únete al Diari
Diari
Comercial
Nota Legal
  • Síguenos en:

Las Butifarras de Trump

01 febrero 2025 20:07 | Actualizado a 02 febrero 2025 07:00
Àurea Rodríguez
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
0
Comparte en:

Desde su primer día en el despacho oval, Donald Trump dejó claro que su estilo político no sería convencional. Su lema de «Volver a hacer grande América otra vez y devolverla a su época dorada» ha sido el estandarte de la campaña bajo el cual ha desafiado, descolocado y, en algunos casos, enfurecido al resto del mundo. Sus decisiones políticas y la manera de transmitirlas me recuerdan el gesto de la butifarra catalana. Sus butifarras a diestro y siniestro están marcando un antes y un después. Pero no nos engañemos: estas no han sido ni las primeras ni serán las últimas butifarras de Trump.

Las «butifarras» de Trump, sean con el codo doblado sean con la mirada amenazante, no son meras gestos, sino una declaración de intenciones. Su desprecio por el multilateralismo y su predilección por los gestos unilaterales han sacudido instituciones globales, alianzas históricas y acuerdos de cooperación. Con él, nada se puede dar por sentado.

Trump ha convertido el desafío en una estrategia. Cuando Trump decidió retirar a Estados Unidos de la OMS, no sorprendió a nadie, pero el impacto es mayúsculo. La acusó de estar sesgada a favor de China y de una mala gestión de la pandemia. Más allá del gesto, esta decisión fue una butifarra directa al concepto de cooperación global, dejando un vacío que otras potencias han tratado de llenar.

Su estrategia es la de recuperar el liderazgo económico mundial, a punto de perderse en manos de China. Europa ha sido una de las dianas favoritas de Trump en Davos. Sus críticas a la OTAN, su desdén hacia la Unión Europea y su insistencia en describir a los países europeos como «competidores comerciales» y amenazar con aranceles. Su retirada del Acuerdo de París, por ejemplo, fue una bofetada directa al liderazgo europeo en sostenibilidad. Mientras Europa intentaba avanzar en políticas climáticas, Trump tiraba por la borda cualquier compromiso con la lucha contra el cambio climático, justificándolo con el impacto económico para Estados Unidos.

Las butifarras se refieren a no ceder recursos, crear su propia ruta de la seda y exigir que las empresas inviertan y produzcan en EUA. Por eso, en una declaración reciente, Trump dejó entrever su interés por recuperar el control del Canal de Panamá. Esta propuesta, que recuerda épocas de imperialismo pasado, no solo generó preocupación en América Latina, sino que también alimentó tensiones geopolíticas con otras potencias, especialmente China, que ha estado invirtiendo estratégicamente en la región.

Trump sabe que China es su mayor rival y en especial en nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y es por ello por lo que ha anunciado la inversión de 500.000 millones de dólares en Startgate, la mayor inversión en una empresa de inteligencia artificial del mundo. Con este anuncio Trump hizo 2 butifarras, una tremenda a la China y al resto del mundo indicando que el liderazgo de la IA está por ver y otra a su amigo Elon Musk dado que la iniciativa está liderada por Sam Altman de OpenAI, su eterno competidor. Como se suele decir, amigos sí, pero no parientes.

Si algo nos han enseñado estos años es que las butifarras de Trump no son espontáneas. Son gestos calculados, diseñados para reforzar su narrativa de «América primero» y proyectar poder en un mundo que considera hostil o desleal.

Pero también dejan una lección importante para el resto del mundo, y especialmente para Europa: la necesidad de reforzar su autonomía estratégica y tecnológica.

Europa tiene ante sí una oportunidad histórica. En lugar de reaccionar a las butifarras de Trump con meros gestos de desaprobación, el continente debe usar estas provocaciones como catalizador para reforzar su liderazgo global y tomar decisiones valientes como liderar la transición climática sin depender de otros, invertir en educación e innovación para competir en la economía del conocimiento, y consolidarse como un entorno para el talento y la innovación.

Las butifarras de Trump son una llamada de atención y nos recuerdan que el equilibrio global no es eterno, y que las alianzas deben renovarse constantemente para mantener su relevancia. Europa, debe actuar con determinación, sin esperar a que otros decidan por ella. Porque, al final, la mejor respuesta a las butifarras es la construcción de un modelo propio. Y en ese camino, Europa tiene todo para ganar.

Comentarios
Multimedia Diari