Apartir de mañana, el último culebrón del verano continuará implacable. Protagonizado, esta vez, por el presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, que se encuentra al borde del precipicio tras buscárselo a pulso durante mucho tiempo, pero esta vez pisoteando la gran hazaña del fútbol femenino español.
En medio de ese triunfo colosal en Australia, ocurrió aquello que se dice cuando todo va perfecto: «Seguro que viene alguien y lo estropea». Y así fue. Rubiales se encargó de empañar la victoria de la selección delante de medio planeta, que había seguido con emoción el partido. No fue solo el beso que impuso a la jugadora Jennifer Hermoso para pasmo y rechazo de todos y sorpresa de la propia deportista, sino también un manoseo asqueroso de sus partes bajas en el palco presidencial, a menos de un metro de la infanta Sofía y la reina Letizia, sin respeto por nadie y olvidando el decoro más básico.
En medio de ese triunfo colosal en Australia, ocurrió aquello que se dice cuando todo va perfecto: «Seguro que viene alguien y lo estropea». Y así fue. Rubiales empañó la victoria
Pero en estos meses de temperaturas insoportables, no ha sido este el único culebrón que hemos visto. Atendimos también al asunto del desgraciado cocinero, hijo y nieto de actores españoles, que podría ser declarado culpable –y condenado a la pena capital– por matar y descuartizar en Tailandia a un cirujano colombiano. Un asunto execrable, cuyos relatos nos han acompañado mañana, tarde y noche.
Entre tanto culebrón estival, han pasado desapercibidos el goteo imparable del asesinato de mujeres víctimas de la sinrazón de la violencia de género. O el aumento de migrantes muertos en el Mediterráneo, que suman más de dos mil este año y que en general llegan de un continente de desesperación y miedo.
Junto a la provincia griega de Evros, 18 personas fueron encontradas calcinadas. Procedían de otros países y buscaban una vida mejor, pero ya está cundiendo el dramático supuesto de que los migrantes son los culpables de los incendios de este verano. Un fuego que además de a las islas helenas, ha asolado Italia y, durante la última semana, a Tenerife.
Han pasado desapercibidos el goteo imparable del asesinato de mujeres víctimas de la sinrazón de la violencia de género. O el aumento de migrantes muertos en el Mediterráneo
En medio de tanto culebrón, entre termómetros que han marcado temperaturas inéditas, no olvidemos nuestra propia hoja de ruta.
Cuando despidamos el verano, que tardará lo que cuesta llegar el invierno, miremos lo que de verdad ha de importar. Esto es, el nuevo Gobierno que surgirá de unas negociaciones de vértigo, una vez que el jefe del Estado ya ha dado el plácet al candidato del PP a la presidencia, Alberto Núñez Feijóo, que intentará en septiembre ser investido como presidente del Gobierno. Otro culebrón.
