Ante 200 alcaldes de Catalunya, Puigdemont buscó internacionalizar el conflicto apelando a Europa. Una de sus frases, tras decir que Catalunya ha estado oprimida desde Felipe V a Felipe VI, fue: «Sr. Juncker, Sr. Tajani, ¿van a continuar apoyando a Rajoy en este golpe de Estado?».
Puigdemont se va enfadando de modo creciente y expansivo: primero, con el Estado Español; después, con ERC, por negarse a la lista unitaria; ahora, con Europa, por no intervenir en España. Alguien que se enfrenta con todos quizá es que tiene un problema él.
Su irritación no convencerá a las autoridades europeas. El ‘pressing Europe’ no va a funcionar, porque la UE es una unión de Estados en la que se protegen los derechos humanos a partir del respeto a la ley y a las decisiones judiciales.