La fuerza de las tortugas, una esperanza para todos

La tortuga es conocida por su longevidad y resistencia. En muchas culturas, se la asocia con la sabiduría y la paciencia. Se cree que la tortuga tiene la capacidad de vivir mucho tiempo y, por lo tanto, ha acumulado una gran sabiduría a lo largo de su vida. Representa la idea de tomarse las cosas con calma, tener paciencia y aprender de las experiencias. La tortuga desempeña un papel simbólico, de la India a la China, como imagen del universo (su caparazón es redondo por encima, como el cielo, y plano por debajo, como la tierra), contribuyendo a su estabilidad. Los griegos asociaban la tortuga con Hermes (Mercurio), dios olímpico mensajero, del ingenio y del comercio, pero también de los mentirosos y de los ladrones. Con el caparazón de una tortuga y la tensión de unas cuerdas, se supone que se inventó la lira. El escritor y militar romano Plinio el Viejo defendía que la carne de tortuga era un buen remedio para los venenos. Cuando la tortuga se esconde en su caparazón, expresa una actitud espiritual fundamental, la meditación. También simboliza la prudencia y la protección. Para los pueblos del bucle del Níger, el caparazón supone una representación de la bóveda celeste, sostén de la tierra que confiere al animal virtudes benéficas. La interpretación china otorga a la tortuga el punto de partida de la evolución. Tarragona ya tiene a sus tortugas. Los primeros ejemplares nacieron ayer, poco antes de las diez de la noche, en la playa de la Savinosa. Es una noticia que no afecta a la política, ni a la economía, ni a las infraestructuras, pero afecta a nuestra alma, a nuestra alegría, a nuestra empatía. Nos coloca una sonrisa desafiante en el rostro. ¡Sí señor! Porque si las tortugas resisten, resistimos todos. Decía Walt Whitman que toda la belleza del universo se concentra en una flor. Toda la esperanza del mundo está en manos de estas pequeñas que, a estas horas, ya han salido de nuestra playa para explorar los océanos. ¡Mucha suerte pequeñas y regresad a Tarragona!