Josep Maria Jujol nació en Tarragona en 1879. Fue arquitecto, dibujante, diseñador y pintor modernista. Discípulo de Antoni Maria Gallisà y Lluís Domènech i Montaner acabó sus estudios de arquitectura en el año 1906. Fue catedrático en la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona. Colaborador de Antoni Gaudí, participó en su obra con personalidad propia. Gaudí le confió la proyección de parte de sus obras con absoluta libertad creativa. A partir de 1904 colaboró con Gaudí en el diseño de la fachada principal de la casa Batlló y en las barandas de forja y algunos de los techos de la Casa Milà (conocida popularmente como ‘La Pedrera’), entre otras obras.
La obra de Jujol es inclasificable. Participó en movimientos artísticos como el surrealismo o el dadaísmo y en la utilización de de lenguajes abstractos o informalistas. De las obras arquitectónicas de Jujol en Tarragona destacamos el Teatro Metropol en(1908), la reforma de la Casa Bofarull en Els Pallaresos (1913-1931), la iglesia de Vistabella en La Secuita (1918) y el santuari de la Verge de Montserrat en Montferri. De la colaboración con Gaudí cabe resaltar la fachada principal y mobiliario de la Casa Batlló (1904-1906); las barandas de los balcones y los techos de la Casa Milà (La Pedrera) (1906-1910); el banco de trencadís y los techos de la sala hipóstila del Park Güell (1900-1904) y la reforma de la Catedral de Palma de Mallorca (1909-1910).
La magnitud de su trabajo lo hace uno de los arquitectos preferidos de los arquitectos. Tiene escuelas a su nombre en Barcelona (barri de Gracia) y actores como John Malkovitch lo veneran. Creemos que la decisión del COAC y del Port de habilitar un centro de exposición en un tinglado del puerto va en la dirección correcta, que Tarragona necesita reivindicar con espacios y eventos la figura de uno de sus hijos más universales. Creemos que la degradación del Teatre Metropol es una afrenta insoportable que dice muy poco en favor de los tarraconenses que, a la postre, hemos permitido entre todos que la situación llegue a un estado crítico. Esperemos que el paso dado por el COAC y el Port sea sólo el primero. La obra de Jujol merece el respeto, el cariño y la admiración de todos.