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Francisco y la diplomacia de la esperanza

23 abril 2025 19:27 | Actualizado a 24 abril 2025 07:00
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Jorge Mario Bergoglio, el papa número 266 de la Iglesia católica, será enterrado el sábado en una sepultura sencilla con la sola inscripción de su nombre en latín: Franciscus. Así lo dejó escrito en 2022 cuando sintió que su final se acercaba. El tiempo permitirá analizar con más calma el alcance y significado de la obra que deja el papa Francisco. Un pontífice carismático que prescindió de los oropeles que tanto le gustaban a su predecesor, convencido de que la simplicidad en las formas ayudaba a configurar el verdadero atractivo del mensaje de la Iglesia en la que siempre creyó. Pero ¿de qué mensaje hablamos? Pues bien, quienes quieran analizar el mensaje del Papa en calidad de Sumo Pontífice deben acudir principalmente a las encíclicas como fórmula de comunicación natural destinada a los obispos y a los fieles católicos. En este sentido, el papa Francisco deja su legado en cuatro: Lumen Fidei (2013), Laudato si’ (2025), Fratelli tutti (2020) y Dilexit nos (2024). De todas ellas fue, sin duda, la encíclica Laudato si’ la que sorprendió a propios y extraños al descubrir a un papa que propugnaba, sin complejos, una «ecología integral» capaz de incorporar las dimensiones humanas y sociales. Más allá de las encíclicas, también los papas recurren a los llamados motu proprio y aquí Francisco también deja un perfil muy marcado. Uno de ellos tuvo como objetivo a las prelaturas personales, es decir, al Opus Dei. Con todo, además del interés que necesariamente despierta la dimensión del Papa como Sumo Pontífice, en él concurre también la condición de jefe de Estado. Pues bien, para descubrir el mensaje del Papa sobre los grandes temas que ocupan (y preocupan) hoy a la humanidad, nada mejor que atender al discurso leído cada año ante los miembros del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede. El último de ellos fue pronunciado el pasado 9 de enero y en él, a partir de las palabras del profeta Isaías, apelaba a una «diplomacia de la esperanza, de la que todos estamos llamados a hacernos heraldos, para que las densas nubes de la guerra puedan ser barridas por un renovado viento de paz». Tiene que pasar el tiempo para comprender el alcance de su obra. El cambio en las formas que Roma son tan importantes como el contenido. Dejemos pues que pase ese tiempo.

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