La historia de la residencia ICASS de Reus lleva a sus espaldas una historia compleja. El edificio está en mal estado y necesita una reforma. Esto nadie lo niega, ni la Generalitat, ni la plantilla ni las familias. Hablamos de riesgo estructural y de legionelosis. Pero el anuncio del cierre de las instalaciones para realizar las obras cayó como una jarra de agua fría sobre los residentes y el personal del centro. La de Reus es de las pocas –por no decir la única- residencias de nuestro país que cierra y se desaloja para realizar obras. ¿Había forma de hacerlo por fases, intentando evitar el estrés que supone para las familias? La Generalitat asegura que no tenía otra opción y que no solo estaba en peligro la seguridad de los residentes y trabajadores, sino también por una cuestión de salud. Legionelosis no es un tema menor. Puede ser muy grave. Ahora bien, sea como sea, se trata de un cambio radical de vida.
Necesitamos seguridad jurídica en la última etapa de nuestras vidas, y el traslado de los usuarios de la ICASS de Reus rompe con ello
Todos necesitamos un hogar. Y para los usuarios del centro, la residencia es exactamente eso: su hogar. Todos necesitamos también seguridad jurídica, especialmente en los últimos años de nuestras vidas. Aquella sensación de sentirse en casa. Con tus cuidadores. Con tu gente. Y cambiar de residencia y de ciudad supone una presión sin precedentes a ancianos que, en muchos casos, o en la mayoría, tienen una salud delicada. Sus personas de máxima confianza cambiarán. Sus compañeros de habitación, de juego, de mesa, de conversación, serán otros. Vivirán en otra ciudad. O en el mejor de los casos, en otra calle. Y su gente más cercana no podrá ir a visitarlos con la misma periodicidad. Son muchos cambios para alguien que necesita estabilidad, estar a gusto, una rutina tranquila, sin estrés y los mínimos cambios posibles. La Generalitat asegura que en todo momento se han respetado las preferencias de las familias y que ha hecho todo lo posible para cuidar a los usuarios y que estén bien atendidos. Seguramente no había otra opción. Y este miércoles se irán ya los últimos residentes para empezar, donde sea, una nueva vida.