Guy Mollet, presidente del gobierno francés en épocas convulsas, definía los pactos en política como el arte de andar con el zapato derecho en el pie izquierdo. Se puede, pero no resulta cómodo. Ocurre en las coaliciones de gobierno.
En España PSOE y Podemos chocan en la reforma laboral, en la ley de la vivienda, en el Rey emérito, en la decisión sobre el Sahara, en el envío de armas a Ucrania…
Y en Catalunya ERC y Junts se discuten por el caso Juvillà, la participación en la Mesa del Diálogo, el acuerdo sobre el catalán para responder al 25%, la consulta sobre los Juegos de los Pirineos, los contactos con Rusia para que apoyara la independencia, etc. Con los zapatos cambiados, la meta a corto plazo no será la independencia, sino el callista.