Es como si hubiéramos cogido una pendiente y alguien nos hubiera quitado los frenos. Cuesta creer que hayamos llegado hasta esta increíble situación. La Justicia no da abasto a nombrar imputados, sentencias condenatorias, y advertencias. El tren ha cogido tal velocidad que ya no puede parar. Algunos intentarán saltar por la ventana para ver si se salvan, otros permanecerán sentados, incrédulos de ver lo que está pasando ante sus ojos. Incluso habrá quien piense ¿y qué hago yo ahora con todas las comisiones que me he llevado si no he de poder disfrutarlas? Mientras que otros piensan ¿qué hago yo subido en este tren? ¿Quién ha puesto a este maquinista que nos lleva al desastre?
Muy lamentable ha sido descubrir todo este desastre de gobernantes (sean del partido que sean) que se han dedicado a hundir al ciudadano destruyendo su futuro. Ya puedes trabajar duro que nunca vas a salir del agujero. Sueldos de miseria, tengas los estudios que tengas, mientras que ellos se han puesto sueldos de vergüenza, aunque tengan pocos o nulos estudios. Pero aparte de las jubilaciones que se han adjudicado, no contentos con esto, salen las comisiones por aquí y por allá. Los casos que van saliendo nos dejan de piedra y parece que sean los últimos pero esto va creciendo.
Podríamos decir que vamos sobre un largo tren expreso, sin freno y a la deriva, pero nosotros, no los que nos gobiernan, ya que nos han demostrado con creces, que ellos ya tienen las espaldas cubiertas y por mucho que les condenen, no se devuelve nada. Y en muchos casos el tema ha prescrito, lo cual añade cachondeo a la desgracia. No hay palabras para definir tal desastre.
María Elisa Aragonés Domènech
(Tarragona)