Los creadores del personaje de Gollum en El Señor de los Anillos consiguieron articular sus movimientos a partir de los gestos reales de un humano que llevaba un traje con sensores. Años después, un sistema similar, Chordata, ha ganado la séptima edición de la jornada de emprendimiento SpinUOC, celebrada a mediados de junio.
Pero Chordata, es especial porque quiere hacer llegar al gran público esta tecnología de captación de movimientos, conocida como motion capture o mocap. Por ello, se ha concebido como un sistema de código abierto (open source), de manera que cualquier persona con conocimientos de programación puede utilizarlo o mejorarlo sin coste alguno. Además, comprar el traje con los sensores será un 50% más económico que adquirir los trajes actualmente disponibles en el mercado.
Se trata, pues, de democratizar esta tecnología, que tiene aplicaciones prometedoras en ámbitos como la robótica, las artes visuales, los videojuegos o las ciencias de la salud y el deporte. Por ejemplo, Joan Antoni Ventura, consejero delegado de la empresa J. Ventura, dedicada a diseñar sillas a medida del caballo y del jinete, quiere aplicar la tecnología Chordata para desarrollar una silla adaptada a jinetes con discapacidades (físicas, mentales o sensoriales) y al animal. Se trata de utilizar la tecnología del motion capture para analizar los movimientos del caballo y, así, diseñar sillas a medida totalmente personalizadas a las necesidades del jinete. Este proyecto, con un gran potencial de inclusión social, lo lleva a cabo junto con su padre, Jaume Ventura, y el centro de hípica Raúl Pinteño de Aiguablava, en Girona.
Chordata también se puede usar para representar en 3D los movimientos de un paciente con problemas de motricidad tras un ictus y, así, saber cómo evoluciona su recuperación, sea en tiempo real o en diferido, bien en la consulta o bien desde su casa. Además, con esta tecnología se pueden analizar y obtener datos sobre los movimientos de un atleta olímpico o de un corredor mientras entrena con el objetivo de crear estrategias muy precisas para mejorar su rendimiento deportivo. En cuanto a los videojuegos, los jugadores de videojuegos de realidad virtual pueden convertirse en sus avatares.
«Nos dirigimos a usuarios que tengan un presupuesto reducido y que, si así lo desean, puedan modificar el software, adaptarlo a sus necesidades y compartir ese conocimiento. Es un modelo colaborativo», explica Flavia Laurencich, profesional que ha trabajado en la UOC y una de las impulsoras del proyecto. La iniciativa ha recibido solicitudes de compra del prototipo de varios países de todo el mundo, como India, China, Islas Mauricio, Brasil, Estados Unidos, Francia, Alemania, Finlandia o Canadá, entre otros.
Sensores y velcros
El traje de Chordata está diseñado para adaptarse a las necesidades de cada usuario. Para reproducir los movimientos de un cuerpo humano entero se necesitan quince sensores magnético-inerciales, «los mismos que permiten a tu teléfono móvil entender cuándo lo inclinas o lo balanceas», detalla Flavia.
Estos sensores, colocados en puntos estratégicos del cuerpo mediante un sencillo sistema de velcros, están conectados por cables. La información que reciben se transmite a un microordenador, que la representa en un modelo tridimensional prediseñado.
Código abierto
De hecho, Chordata nació gracias al código abierto. Todo partió de la idea de Bruno Laurencich, programador, artista digital y hermano de Flavia. La pareja de Bruno es bailarina y él quería captar en 3D los movimientos de su mujer para un proyecto artístico. «Se puso a buscar y se dio cuenta de que no podía permitirse comprar esta tecnología, por lo que empezó a investigar y tardó tres años en crear un primer prototipo, basado en otros softwares preexistentes de código abierto», relata la profesional de la UOC.
Después, llegaron Flavia y otro compañero, Juancho Casañas Ballester, comunicador, productor audiovisual y actual director de negocio del proyecto. Desde 2017, este equipo de tres personas prepara el despegue de Chordata junto a otros colaboradores, como Lorenzo Micozzi, programador y artista multimedia que se ha unido al equipo recientemente.
Tras ser finalistas de un importante certamen internacional en agosto del año pasado, los impulsores de Chordata se dieron cuenta del interés que despertaba el proyecto en todo el mundo y decidieron probar una decena de prototipos de trajes, confeccionados de forma artesanal en el taller de Bruno, con algunas de las personas que les contactaron. Otro medio centenar de interesados se quedaron a la espera. Actualmente, Flavia y sus compañeros ya están definiendo qué empresa va a confeccionar los trajes: «Nuestra prioridad es que sea europea», avanza. El inicio de la comercialización del producto está previsto para 2020.