¿Volverían a firmar el pacto de gobierno con JxTGN y CUP?
Rotundamente, sí. Esta ampliación fue porque necesitábamos más manos para impulsar el gobierno del cambio. Y era lógico que esto se hiciera con las formaciones que hicieron posible el gobierno alternativo a la alianza PSC-PP.
Han pasado de ser el gobierno más pequeño a no poder aprobar las cuentas.
Pero gobernamos con los modificativos de crédito y estamos sacando las cuestiones importantes.
¿Es una situación viable?
No es la mejor porque se alarga la tramitación. Quieren hacer la zancadilla al gobierno, pero se la hacen a la ciudad. Esto sí, con un presupuesto prorrogado hacemos más trabajo que el gobierno anterior con las cuentas aprobadas. A pencaires no nos gana nadie.
¿Por qué no apostaron por la cuestión de confianza?
(Silencio de 12 segundos). Había caminos alternativos para gobernar y sería una irresponsabilidad con el proyecto del cambio servir en bandeja al PSC, PP o Cs la posibilidad de volver a lo de antes.
La opción de una moción de censura está siempre.
Pero lo hubiéramos puesto mucho más fácil. Que la presenten y la justifiquen, pero a nosotros no nos da la gana regalársela.
El PSC le anuló una reunión para negociar las cuentas.
Fue público y notorio. Fue sorprendente recibir un whatsapp de su portavoz, a quien desautorizaron, diciéndome que la reunión no podía ser. Lo lógico era presentarse. Priorizaron el partido a la ciudad.
¿Iban a negociar en serio con los socialistas?
Sí, en una reunión anterior hablamos de los puntos que les interesaban, y en esta llevábamos las contestaciones con un alto grado de respuestas satisfactorias.
La CUP dice que un pacto con el PSC habría provocado una polémica interna de gobierno.
No lo sabremos nunca porque no pasó. La voluntad es trabajar con todos los escenarios, con una mirada social para cambiar las cosas y alejar la sombra de la corrupción. Al PSC le llegaron órdenes.
¿De dónde?
No lo sé, me llegan cantarelles... Hubo órdenes con la falsa excusa de unas declaraciones contra la negociación. ¿Cuáles son?
¿Hay puertas abiertas para negociar las de 2023 con el PSC?
Lo están para todo el mundo que quiera trabajar por el cambio que la ciudad necesita. Las cuentas apostarán por un centro fuerte, unos barrios bien ligados con espacios de convivencia y mucha Anella Verda. Esperamos más diálogo y menos boicot.
Están en minoría por la marcha de Carla Aguilar (ECP), que ha tumbado Consells y cuentas.
Lo de los Consells de Districte fue una reacción visceral después de la ampliación. Somos íntimamente socios con el espacio político de En Comú Podem, su ideario es mucho más parecido al nuestro que al del PSC.
Pero están juntos en el Estado y en el Ayuntamiento de BCN.
Hablo de TGN, aquí el cambio de modelo se ha gestado con ECP. Debemos arremangarnos y trabajar juntos porque hay la alternativa de derecha y la ultraderecha.
Ballesteros cita a Ricomà en el juicio de Inipro. Varas y Fortuny también irán al juzgado.
No lo pondría en el mismo saco. No es lo mismo estar a las puertas de un juicio que los otros casos, en los que no hay ninguna situación de presunta corrupción.
¿Con Viñuales es más posible pactar que con Ballesteros?
El PSC que he conocido está escorado a la derecha y ligado con el PP. Me hablan de etapas anteriores en las que se hicieron cosas con ERC, como un POUM en el que se salvaba de la urbanización La Móra 2 o el Pont del Diable. Pero no se pudo proteger todo.
¿Ve posible poder acordar el POUM por amplia mayoría?
Tuvimos un POUM que se hizo en muchos años y que duró pocos, y ahora debemos hacer uno en pocos años –tres– que dure mucho. Debemos tener altura de miras para no paralizar la ciudad.
Y si no se aprueba, ¿qué?
Pues nos iremos al plan de 95, lo que tendría elementos traumáticos y un desprestigio para la ciudad. Hay tiempo para hacer uno de nuevo, buscando el mínimo común con mayorías amplias. El POUM final no será de nadie, sino de todos.
¿Si hoy tuvieran que dejar el gobierno, cuál sería su legado?
La relación con la ciudadanía es mucho más próxima, con un alcalde que ni entra ni sale por la puerta de detrás del Ayuntamiento. Otro legado es la honestidad. Antes se iba de obras faraónicas fracasadas sin un hilo conductor, desde los Juegos al jardín vertical. Ahora impulsamos una ciudad para las personas y no de los coches, tipo Pontevedra o Copenhague.
Como el carril bici.
Tenemos fijación por convertir las carreteras en calles, y las calles en placetes, con las peonizaciones de Canyelles, Serrallo, Orosi, Plaça Catalunya de SPiSP, el Parc Ixart... Cosas que antes eran imposibles, ahora son hechos. Queremos fomentar la cohesión y generar espacios de convivencia. Las carreteras T-11 y la N-340 deben dejar de separar y transformarse con carriles bici, semáforos y aceras para poder andar hasta Altafulla. Esto está acordado con el Estado, como la ampliación del puente del Francolí, que es una acera infecta, para mejorar la conexión entre el centro y Ponent, que es donde vive la gente.
Tienen feeling con el Estado.
Hemos negociado muchas cosas con todas las administraciones: hay 350 millones en inversiones no faraónicas ya comprometidas, como el Joan XXIII, el Fòrum Judicial, la Ciutat de Repòs... Y nosotros tenemos unos 15 anuales.
La Móra quiere segregarse.
Hay posicionamientos que no entendemos, pese a que el barrio viene de una sequía inversora muy larga. Deberá verse la viabilidad económica y si hay la mayoría necesaria. Pero lo que nos mueve es poner la iluminación en las pistas deportivas que hemos allanado el desnivel; nos mueve el proyecto de renaturalización del canal; el plan de inversiones del barrio; que el carril bici pase por dentro de La Móra hasta Altafulla... Ya evitamos el by pass del Gaià, que tenía un gran impacto ambiental, y batallamos para que las mercancías pasen por el interior.