Arnau Curto vivió con su pareja durante cinco años en un piso del Eixample de Tarragona. Concretamente, un dúplex por el que pagaban unos 580 euros: «En ese momento era dinero, porque no nos encontrábamos en una buena situación económica, pero estuvimos bien y no tuvimos ningún problema con el propietario».
«A finales de enero, recibimos un burofax que decía que el 15 de julio se nos acaba el contrato y que el arrendador no quería renovárnoslo; no nos dieron ningún tipo de opción para negociar un nuevo contrato», relata. «Yo ya hacía tiempo que comentaba con mi pareja de buscar un piso en propiedad, pero todo te genera mucho sentimiento de ansiedad porque te ves en la calle en una fecha concreta y sin poder negociar ni una renovación», manifiesta.
«A finales de enero, recibimos un burofax que decía que el 15 de julio se nos acaba el contrato y que el arrendador no quería renovárnoslo», Arnau Curto, vecino
Afirma, no obstante, que la situación buscando un piso para comprar no es mucho mejor: «Teniendo en cuenta los precios y que los jóvenes de hoy en día no tenemos la misma capacidad de ahorro que antaño, pues tienes lo que tienes».
Además, se ha puesto a buscar también un posible alquiler para cubrirse las espaldas: «Veo barbaridades: estudios por 600 euros, pisos de sesenta metros cuadrados de una habitación y un baño por 750 y 800 euros... Todo genera una ansiedad que no es buena para nadie, y no solo es eso. Yo tengo planes de futuro con mi pareja, queremos tener hijos y espacio, pero es que buscas viviendas un poco más grandes, de 90 metros cuadrados, y tienes que pagar 1.200 euros». «Estamos prohibiendo a la gente joven que se independice y nadie pone remedio», remarca.
Precisamente Neus Reverté quería independizarse y por eso se puso a buscar piso: «El trabajo que tenía no me lo permitía aunque hacía tiempo que yo quería hacerlo, pero empecé una nueva etapa laboral y ya decidí independizarme sí o sí».
«Me cayó del cielo», afirma, y explica que, sin ponerse a mirar anuncios por internet, le llegó una posibilidad: «El mismo día que me aseguraron que me contrataban, una amiga me envió un mensaje que decía que se les iba una compañera de piso y que si quería mudarme con ella y con su otra compañera».
«Más de la mitad de mi sueldo se iba en pagarme un alquiler para mí sola», Neus Reverté, vecina
Decidió decir que sí e independizarse compartiendo piso: «Pasar de vivir con mis padres a hacerlo completamente sola me daba un poco de impresión pero, a grandes rasgos, tomé la decisión porque no me lo podía permitir y porque más de la mitad de mi sueldo se iba en pagarme un alquiler para mí sola».
Un gran esfuerzo sobre el sueldo
El 68% de la oferta actual de pisos de dos habitaciones en alquiler en España tiene un precio que supera el umbral de lo razonable, según los datos que publica Idealista. Eso significa que no es accesible para una familia con ingresos medios que no destine más del 30% de los mismos al pago: debería abonar un máximo de 764 euros mensuales, mientras que la media del coste de un piso de dos habitaciones se sitúa en unos 980 euros al mes.
Como consejo, Dovile Mincaite, agente de Fincas Europa, recomienda «ir a las inmobiliarias presencialmente y tener la documentación preparada». «Antes, era el inquilino el que elegía la vivienda, y ahora es al revés», añade. Comenta también que «aquí muchos propietarios no quieren pagar la gestión inmobiliaria y no respetan la ley: no respetan ni las zonas tensionadas, ni el precio mínimo, ni el máximo, ni los tiempos...».
Por otra parte, a la hora de alquilar una vivienda, también se recomienda tener claro qué paga el inquilino y qué el propietario, quién costea las reparaciones, cuánto se abona por la fianza y conocer el precio medio de la zona. Son factores a tener en cuenta en la selva inmobiliaria que reina actualmente en el país, que dificulta la independencia, especialmente de la gente joven y con un menor poder adquisitivo.