El Ayuntamiento de Tarragona congelará todos sus impuestos y tasas municipales el próximo año. Así lo asegura al Diari el alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales (PSC), quien detalla que «la mejora de la situación económica» permitirá al gobierno local, a diferencia de hace un año, no tener que tocar tributos para el 2025.
De esta forma, el gabinete de la Plaça de la Font mantendrá el próximo año la actual cuota del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), de la basura, del Impuesto de Construcciones (ICIO) o de la ocupación de las terrazas, después de aprobar hace 12 meses, de la mano de Junts per Catalunya y En Comú Podem, una dura reforma fiscal –la más elevada entre las principales capitales catalanas– para incrementar los ingresos en 6,5 millones en base a subidas del 33% del ICIO, el 12% en la limpieza y el 7,4% el IBI.
Se da el caso de que el consistorio tarraconense no congelaba impuestos desde 2022, cuando el gobierno entonces liderado por Pau Ricomà (ERC) no sumó los apoyos suficientes para incrementar los tributos y, de hecho, se vio obligado a prorrogar el presupuesto municipal por primera vez desde la recuperación de los ayuntamientos democráticos en 1979.
Asimismo, el último año en el que el ejecutivo de Tarragona congeló impuestos por voluntad propia fue en el ejercicio de despedida de Josep Fèlix Ballesteros (PSC) en la alcaldía, en 2019. Entonces los socialistas gobernaban con el PP, formación con la que había mantenido intacta la presión fiscal desde la firma del pacto de 2016.
La clave: la rebaja de la deuda
En declaraciones a este periódico, Viñuales destaca que «la rebaja de la deuda» es la clave para entender la nueva política fiscal del consistorio, después de que «se hayan refinanciado y amortizado varios préstamos» durante los últimos meses. Esto ha permitido al consistorio «reducir mucho» el gasto corriente que se deberá destinar el próximo año para abonar el pasivo con las entidades financieras que, sumando los intereses, históricamente rozaba el 10% del presupuesto: entre 10 y 15 millones al año.
«Solo en el último pleno aprobamos pagar cinco millones para rebajar deuda, lo que nos permitirá un ahorro de un millón en 2025», detalla Viñuales. En concreto, esta operación sitúa ya el pasivo de la Plaça de la Font considerablemente por debajo del límite legal del 75%, en el 68%, entre sus ingresos y la deuda. «Nuestra prioridad es la contención del gasto. Por esto, la buena gestión económica con la senda del pasivo nos permitirá no tocar nada en 2025», indica Viñuales.
De la bancarrota a la tranquilidad
Hace justo un año, un informe del interventor municipal alertaba de un agujero de 14 millones de euros para equilibrar el presupuesto de este 2024, lo que llevó al alcalde a denunciar un posible peligro de «bancarrota». La mitad de esta cantidad se compensó con la subida impositiva que, según el Consejo de Colegios de Economistas, sitúa a Tarragona como la tercera capital española en la que sus ciudadanos deben realizar un mayor esfuerzo, solo superada por Barcelona y Madrid. Ahora, en cambio, «solo faltan 43.000 euros por cuadrar», afirma el alcalde, más relajado que hace 12 meses.
El plan del PSC es convocar la próxima semana la comisión para informar a los partidos de la oposición, de cara al pleno ordinario del 18 de octubre. Esta es la fecha en la que se avalaría la congelación para dejar el debate sobre el presupuesto del 2025 para finales de este mes, en una sesión extraordinaria.
Junts avala no tocar nada
Los dos socios principales de Viñuales (Junts y ECP) se muestran abiertos a negociar las cuentas del próximo año, a la vez que los juntaires avalan la congelación. «Pedimos mantenerlo todo, y que se evalúe si con la subida del 2024 cumplimos la ley que obliga a financiar la recogida de la basura con las tasas a los ciudadanos. Si ya se cumple, queremos que también se congele», afirma el portavoz juntaire, Jordi Sendra, quien también exige que «se mantenga la tarifa social» y que «se cree una tasa para el uso del subsuelo que hacen las empresas de telefonía, que ahora lo utilizan gratis».
Por su parte, En Comú Podem se había fijado en la negociación de la tasa de la basura. «Pedimos valorar su reducción. Viendo que el contrato no se activa y que, a nuestro entender, por desgracia, no lo hará tampoco el próximo año, esto debería permitirnos recuperar los 1,4 millones de euros que, al tener el contrato parado, no han sido utilizados para la recogida de basura», indica el portavoz, Jordi Collado.
Otra cuestión era revisar el modelo de la tarifa social de basura y «hacerlo más accesible» para que «pudiera acceder más gente» y «reducir la burocracia que ha dificultado, y mucho, el acceso». «Como que no se ha podido avanzar todo lo que nos gustaría, en la reformulación de la estructura de la tasa creemos que, como mínimo, es necesario hacer la tarifa social más accesible para que llegue a más gente», añade el portavoz de la formación progresista, pieza clave para Tarragona tenga cuentas renovadas en 2025.