2025 será el año de la gran decisión para el alcalde Rubén Viñuales (PSC): ampliar, o no, el gobierno municipal con Junts per Catalunya. En junio del nuevo año se llegará a la mitad del mandato, una cita que puede significar el límite temporal para formalizar una alianza. Más allá de esa fecha será imposible que la burocracia permita sacar frutos al socio minoritario del ejecutivo. El momento será, pues, durante los próximos seis meses.
La vía posibilista que el PSC tiene sobre la mesa es pactar con Junts, una formación con la que ya ha aprobado dos presupuestos, la reforma fiscal de este año y que está predispuesta a entrar en un gobierno de 12. Cabe señalar que dos de sus tres ediles –Jordi Sendra y Elvira Vidal– cuentan además con experiencia de gobierno.
Tras gobernar en Tarragona durante 18 años entre 1989 y 2007 bajo las siglas de CiU, ahora Junts quiere volver a convertir la ciudad en uno de sus grandes feudos de Catalunya, ya que ahora solo gobierna en Girona –sin la alcaldía– entre las principales capitales catalanas. En Tarragona, los juntaires tienen alcaldías de peso como Vila-seca o Valls, pero están en la oposición tanto en la Diputació como en las grandes ciudades.
¿Alianza estratégica?
Al PSC, por su parte, podría interesarle mantener un equilibrio a nivel catalán. Observando un mapa de Catalunya, a los socialistas podrían irles bien mantener alianzas con los Comuns en el Àrea Metropolitana –y ya se verá si con ERC en la gran capital–, mientras que en la parte izquierda –Lleida y Tarragona– podría ser una opción entablar puentes con Junts. En Lleida, todo apunta a un nuevo acuerdo presupuestario, mientras que en Tarragona la opción pasaría por formalizar un acuerdo de gobierno.
¿Qué problemas podría tener, sin embargo, este posible pacto? Principalmente, que a diferencia de la Terra Ferma, PSC y Junts no llegan a la mayoría absoluta de 14, sino que se quedan en 12. Teniendo en cuenta el equilibrio inestable del Saló de Plens, un pacto hacia la derecha podría ocasionar un tsunami en la relación de los socialistas con ECP, de forma que la coalición liderada por Jordi Collado podría «subir su factura» de cara a futuras negociaciones, dejando de lado la visión más pragmática de estos dos primeros años.
Pese a ello, el camino hacia 2027 puede estar al alcance de Viñuales sin demasiadas piruetas: una moción de confianza ligada a un presupuesto, así como una prórroga de las cuentas, le pueden valer al PSC para forzar la máquina y apostar por el 12. La cuenta atrás para la gran decisión ya ha empezado.