La nueva ordenanza de terrazas está cada vez más cerca. La previsión de que esté lista este verano sigue en pie. El primer paso tendrá lugar esta mañana, cuando los grupos municipales del Ayuntamiento de Tarragona se reúnan en una comisión para conocer de primera mano el documento. Si la nueva ordenanza gusta a todos los partidos, el proyecto pasará a otra pantalla, la de aprobación del pleno municipal.
Según ha podido saber el Diari, unificar el horario de las terrazas, eliminar las estructuras fijas y unas sanciones más duras contra los reincidentes, son algunas de las claves de la nueva ordenanza de terrazas. Se trata de un documento consensuado con los restauradores de la ciudad y que, en los últimos días, ha estado en manos de la Guàrdia Urbana de Tarragona, encargados de sancionar a aquellos que no cumplan con la normativa.
El texto endurecerá las sanciones en caso de incumplir la norma de manera reiterada
Una de las principales peticiones del sector de la restauración era unificar el horario de cierre de las terrazas. Y es que, actualmente, los bares de toda la ciudad recogen sillas y mesas a las doce de la madrugada, a excepción de los de la Plaça de la Font, que cuentan con una hora más de margen. Durante el fin de semana, en la plaza del Ayuntamiento, el horario se alarga hasta las dos.
La nueva ordenanza unifica estos horarios y marca como hora máxima de cierre para todos los locales a las dos de la madrugada. Solo hay algunas excepciones puntuales, que dependerán de criterios técnicos.
Esta medida pretende, entre otras cosas, evitar que la Plaça de la Font sea el único punto de encuentro a partir de la una de la madrugada. Diversificar la oferta de zonas de ocio, para también respetar el descanso de los vecinos, es una de las obsesiones de este gobierno.
Otra de las novedades que presentará la ordenanza es la eliminación total de las estructuras fijas que protegen algunas terrazas. Las únicas que se van a permitir serán las de la Plaça de la Font. De hecho, ya hace semanas que el Ayuntamiento está informando a los locales que deben retirar las pérgolas. Es el caso de los bares de la calle Mallorca o de la Plaça de les Cols.