Lo que tenía que ser el Carnaval de la vuelta a la normalidad acabó siendo un Carnaval que nos dejó a todos con un mal sabor de boca. Una componente del Griu de Tarragona sufrió un accidente pirotécnico grave, que obligó a suspender el correfoc del Entierro de la Sardina, celebrado el martes. La mujer herida se encuentra «estable» en el Hospital de la Vall d’Hebron, pese a sufrir «heridas de consideración». Por su parte, la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Tarragona, Inés Solé, comparecía ayer ante los medios de comunicación para informar sobre el incidente. «Una chispa saltó sobre una de las participantes que llevaba pirotecnia», explicaba Solé, quien añadía que «el accidente ha ocurrido hace pocas horas y ahora estamos analizando como ocurrieron los hechos».
Todo pasó minutos antes de las diez y media de la noche en la Plaça de la Font. El ambiente festivo habitual de los correfocs se notaba más que nunca, teniendo en cuenta que hacía dos años que no se celebraba un acto como este, en qué los grupos de fuego de la ciudad eran los protagonistas. La carretillada llegaba a su fin, a su momento clímax, cuando la plaza notó que alguna cosa no iba bien.
Una participante del correfoc, que pertenece a las filas del Griu, quedaba herida de gravedad en un accidente pirotécnico con muy pocos precedentes. El caos duró apenas un minuto y medio. Y, enseguida, organización y colaboración. El correfoc quedaba suspendido de inmediato y los grupos de fuego, en cuestión de segundos, consiguieron formar un perímetro de seguridad para que la mujer herida pudiera ser atendida con la mayor rapidez posible. El despliegue fue ejemplar desde todos los puntos de vista. En un primer momento, la mujer fue atendida por miembros de otras collas con formación sanitaria. Al cabo de muy pocos minutos, llegaban los servicios de emergencias: ambulancias, Protecció Civil y cuerpos de seguridad. Los participantes en el correfoc seguían manteniendo el círculo, e incluso algunos recriminaban la actitud de algunos espectadores, quienes presos por la curiosidad, hacían fotos y vídeos de la escena. Poco a poco, entre los técnicos municipales y los grupos de fuego, se consiguió evacuar la plaza para que los servicios de emergencias pudieran trabajar mejor. La Plaça de la Font estuvo a la altura de las circunstancias.
Solé aseguraba ayer que el protocolo desplegado el martes tras el accidente fue «impecable», y destacó la «rápida e inmediata actuación» de todos los implicados. La concejala explicó que las causas del accidente nada tendrían que ver con el funcionamiento del correfoc, y añadió que «es un accidente y estas cosas pasan, como también ocurren en otras manifestaciones de la cultura popular».
La mujer herida, de aproximadamente 40 años y vecina de Tarragona, fue trasladada de inmediato al Hospital de la Vall d’Hebron, donde se encuentra en estado «estable». Solé aseguraba ayer que las próximas horas son claves para su evolución, y añadía que «estamos en contacto con la familia y ya le hemos trasladado nuestro apoyo».
Este es uno de los accidentes pirotécnicos más graves de los que recuerda la ciudad de Tarragona. Sería necesario echar la vista muy atrás, a finales de los años 80, para encontrar algo parecido. También era un martes de Carnaval y también en la Plaça de la Font, cuando un diable quedó herido de gravedad en el pie, por culpa de una pirotecnia aérea. El hombre tuvo que ser operado y el caso trajo cola.