La fidelidad y el amor incondicional de un perro son incomparables, como bien dijo el abogado George Graham: «El único, absoluto y mejor amigo que tiene el hombre en este mundo egoísta, el único que no le va a traicionar o negar es su perro». Para una familia de La Canonja, esa frase cobra un significado especial en su lucha para salvar a Berlín, su gran danés de tres años.
El pasado martes 19, Berlín tuvo que someterse de urgencias a la amputación de su pata trasera derecha. Todo comenzó cuando el animal tenía un año y medio de edad. Una espina que entró en su organismo desencadenó en una grave infección en la sangre, lo que le hizo empezar a cojear.
A pesar de múltiples visitas a diferentes veterinarios, durante un año y medio, y diagnósticos contradictorios, la amputación fue la única solución viable. Aunque los médicos les aseguraron que la operación pondría fin a sus problemas, la realidad ha sido distinta.
Berlín se enfrenta a constantes visitas a urgencias y dificultades para mantener el equilibrio, lo que le impide llevar una vida normal. Su familia ya ha invertido todos sus ahorros y ha solicitado préstamos para cubrir los costos veterinarios. «Levamos aproximadamente 25.000€ gastados», declara la familia.
Ahora se enfrentan a un nuevo desafío: Berlín necesita una prótesis que le permita recuperar su calidad de vida. «Estamos desesperados. No pedimos dinero, solo ayuda. Hacemos un llamamiento a las ONG de la ciudad y a cualquier entidad que pueda ayudarnos a darle una segunda oportunidad a Berlín» cuentan con emoción.