El transporte representa el 25% del total de emisiones de efecto invernadero de la Unión Europea, y el aéreo y el marítimo son los sectores más difíciles de descarbonizar por sus elevados requerimientos energéticos y la fuerte dependencia de los combustibles fósiles.
En este contexto, en que la UE se ha fijado objetivos de reducción de la huella medioambiental del transporte, entra en juego el proyecto europeo COCPIT (Scalable solutions optimisation and decision tool creation for low impact SAF production chain from a iIpidrich microalgae strain), que cuenta con la participación de investigadores e investigadoras del Departament d’Enginyeria Química de la Universitat Rovira i Virgili.
Este proyecto ayudará en el logro de los propósitos medioambientales contribuyendo al desarrollo a gran escala de combustibles basados en microalgas, desde la fabricación hasta la comercialización, integrando una cadena de valor circular, innovadora y completa.
El proyecto COCPIT tiene como eje central la innovación en todas las etapas del proceso productivo. Por ejemplo, la etapa del cultivo del tronco de microalgas se llevará a cabo en un reactor de película fina para intensificar la actividad fotosintética de las microalgas, y además el reactor se cubrirá con una placa fotovoltaica semitransparente para así producir energía eléctrica de forma simultánea.
En la etapa de transformación de la biomasa de microalgas en biocombustibles, se utilizarán líquidos iónicos para extraer los lípidos y las proteínas y hacer el proceso más asequible, eficiente y ecológico. Precisamente, el equipo investigador del grupo PISET (Process Intensification, Simulation and Environmental Technology) de la URV, formado por Esther Torrens, Denisse Rivas, Jacky Cheikhwafa, Alba Zurita y Christophe Bengoa, es el responsable de esta parte del proceso y su escalado.
El proyecto también adoptará enfoques y técnicas destinados al refinado del biocrudo resultante para reducir su contenido de nitrógeno y que encaje dentro de los estándares de sostenibilidad internacionales.
La circularidad es clave en este proyecto, motivo por el cual se integran los diversos flujos de energía y de subproductos de proceso dentro de la cadena de valor.
En este sentido, el hidrógeno generado se empleará en el refinado del combustible, los paneles fotovoltaicos permitirán el abastecimiento energético de la propia instalación de producción de microalgas y los residuos del proceso serán transformados en energía en las inmediaciones del espacio productivo para estimular las simbiosis industriales.
Pero el proyecto COCPIT, financiado por la Unión Europea y que cuenta con la participación de once instituciones industriales y de investigación de seis países europeos, va más allá y también incluye la etapa comercial, con el desarrollo de una herramienta de decisión basada en indicadores económicos, sociales y ambientales, que permitirá el análisis de varios escenarios prospectivos, la comparación de tecnologías y la identificación de las vías de conversión más sostenibles.
Además, COCPIT trabajará para la centralización de las innovaciones en combustibles de transporte sostenible.