Adiferencia del año pasado, cuando la situación económica era más boyante, el Ayuntamiento de Tarragona se verá obligado este 2022 a usar todo el remanente de tesorería de 2021 –5,37 millones de euros– para pagar gasto corriente y garantizar la celebración «de las actividades habituales de la ciudad», según indica el concejal de Serveis Centrals, Jordi Fortuny (ERC). De esta forma, con el presupuesto prorrogado y sin haber podido subir el IBI y la basura, el Consistorio se centrará en los próximos meses en muscular su día a día, dejando para un segundo plano la amortización de la deuda. Por ello, el próximo lunes se aprobará un nuevo gran modificativo de crédito –de 15,6 millones– en el que se incorporarán los 5,37 del remanente, además de un nuevo crédito de 8,2 millones.
Para hacernos una idea de la diferencia de escenario respecto a hace doce meses, basta con decir que mientras que el remanente del Consistorio de 2020 fue de 11 millones de euros, el de 2021 es de justo la mitad. Hace un año, se destinaron 7,2 millones del superávit para pagar gran parte de un crédito solicitado en 2012. Este préstamo, de 12,9 millones de euros, se concertó hace una década a instancias del Gobierno Central liderado entonces por Mariano Rajoy (PP) y se destinó para el pago de proveedores. Desde entonces, el Ayuntamiento está inmerso bajo la tutela del ejecutivo de Madrid, en base al plan de ajuste económico que obliga a cumplir con las exigencias delimitadas en el documento.
Por ello, en 2021 se apostó decididamente por amortizar gran parte de este préstamo. En esta línea, se pidió otro por la misma cantidad, pero con un plazo de pago mucho mayor para abonar menos cada año y poder salir, de una vez, de la crisis de 2008, según insiste Fortuny. La intención era liquidar este crédito en 2022 para abandonar la tutela estatal, un hecho que, con la poca capacidad que habrá durante los próximos meses para rebajar la deuda, no será posible hacerlo en 2022. De hecho, se concertará el nuevo préstamo para financiar inversiones. Este crédito servirá para abrir el Palau d’Esports –con una inyección de 315.000 euros– o para seguir con la adquisición de vivienda para alquiler social, donde se destinará medio millón.
524.000 más en basura por el IPC
Con la compleja situación económica que hay a día de hoy, el gobierno municipal (Esquerra Republicana-Junts per Tarragona-CUP) opta por priorizar el corto plazo. Y este está marcado por la enorme inflación registrada en 2021, que asciende hasta el 6,5%. ¿Qué afectación práctica tiene esto para las debilitadas arcas de la Plaça de la Font? Pues que, por ejemplo, en el pleno del lunes deberán destinarse hasta 524.000 euros del remanente (casi un 10%) para la actualización del contrato de la basura, ya que el pago del servicio se basa en la evolución de este índice para cumplir con el contrato, que es de más de 20 millones anuales.
El superávit de 2021 también se invertirá en recuperar el Fondo de Cooperación (480.000 euros) y se acelerarán las ayudas para entidades sociales. Asimismo, la operación de crédito, que será aprobada con el voto de En Comú Podem, también permitirá «resucitar» partidas de citas anuales de la ciudad que estaban a cero, como son las fiestas de Santa Tecla (450.000 euros), Sant Magí (55.000) o los 138.000 para las actividades de las colles castelleres. Asimismo, tras la suspensión de 2020, este es año de Concurs de Castells. Por ello, el modificativo de este lunes abrirá una partida de 344.000 euros para el evento. La otra cara de la moneda son los clubes deportivos. Pese a recibir también una inyección económica la próxima semana, estos serán los grandes damnificados y sufrirán recortes respecto a 2021. ¿No hay más cera de la que arde? De momento, no.