Tercer fallecido, fuego apagado y la polémica: así se vivió el día después de la gran explosión en Tarragona

Otros dos trabajadores siguen ingresados en estado grave en hospitales de Tarragona y Barcelona. Mientras, los bomberos sofocaron el incendio en el tanque de óxido de etileno

 

16 enero 2020 09:04 | Actualizado a 20 enero 2020 12:34
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Los vecinos de Tarragona y La Canonja se levantaron ayer todavía con el susto en el cuerpo después de la explosión y posterior incendio ocurrido el día anterior en la planta que la empresa Iqoxe tiene en el Complex Petroquímic Sud. Con la luz del sol, los efectos de la tragedia eran más visibles: comercios y viviendas con elementos rotos, aparición de trozos del reactor y tanque que salieron despedidos y quedaron esparcidos en varios kilómetros de la redonda, etc. Además, se halló el cadáver del trabajador que se había dado por desparecido y falleció el que estaba ingresado en estado crítico en el Hospital de la Vall d’Hebron –vecino de Constantí–, con lo que el número de muertos se eleva a tres. Mientras, otros operarios de la planta siguen ingresados en estado grave.

Poco antes de las diez de la mañana se confirmaba el hallazgo de un cuerpo en la zona de la sala de control de la empresa siniestrada. La víctima había salido despedida por la explosión y se daba por desaparecida. El cadáver estaba debajo de los escombros, en una zona inestable, por lo que era imposible poderla rescatar hasta que no estuviera asegurada la estructura superior. 

Finalmente, sobre las cuatro y media de la tarde, los Bombers de la Generalitat pudieron llegar hasta el cuerpo y rescatarlo de entre los restos de la planta. Antes, fue necesario que la unidad GREC (Grup d’Estructures Colapsades) de los propios bomberos hiciera una valoración previa del riesgo de colapso estructural de la sala de control. Una vez realizada esta comprobación se procedió a la extracción de la víctima. 

La magistrada del Juzgado de Instrucción 1 de Tarragona –que lleva el caso–, acompañada del Letrado de la Administración de Justicia y el médico forense procedieron al levantamiento del cadáver. Fue trasladado al depósito judicial, donde hoy jueves procederán a realizarle la autopsia.

La víctima era natural de Flix, aunque actualmente residía en Reus. Por ello, el Ayuntamiento de la capital del Baix Camp ha decretado dos días de luto oficial con motivo de la muerte de tres personas y siete heridas.

El decreto establece la suspensión de todos los actos públicos institucionales del Ayuntamiento ayer y hoy, así como colgar la bandera de la ciudad con un crespón negro en el balcón del palacio municipal. 

Sobre los heridos, uno de ellos ha empeorado su estado, aunque está estable. El afectado ingresó en el Hospital Joan XXIII de Tarragona en estado de poca gravedad, pero con la evolución de las horas ha pasado a estar grave. Mientras tanto, continúa ingresado en el Hospital Vall d’Hebron otro muy grave. Todos los pacientes son trabajadores de la empresa afectada.

Incendio apagado
A las siete y media de la tarde de ayer, los Bombers de la Generalitat informaban que ya no había combustión en el tanque de propileno, que comenzó a arder segundos después de la explosión del reactor. Seguidamente se procedió, en coordinación con la empresa, a trasvasar el producto que todavía quedaba en el depósito, unos trabajos que estaban previstos que se alargaran hasta hoy jueves. 

A primeras horas de la noche continuaban en la zona una treintena de efectivos de los Bombers de la Generalitat aunque, ante las perspectivas positivas, el personal se fue reduciendo gradualmente a lo largo de la noche.

Durante todo el día, los bomberos de la Generalitat junto con los del Parc Químic, estuvieron refrigerando el tanque con seis monitores –chorros fijos a presión– para mantener así la combustión de forma controlada. 

Cuando ocurrió la explosión, en el interior del tanque que comenzó a arder contenía 20 toneladas de óxido de etileno.

En Torreforta
Con el paso de las horas se han conocido más detalles sobre el impacto del trozo de metal en una vivienda situada en el número 7 de la Plaça García Lorca del barrio de Torreforta, donde falleció uno de sus inquilinos, Sergio Millán. 

La plancha metálica que impactó en el edificio pesaba aproximadamente una tonelada. Medía 122x165 centímetros, con un grosor de unos tres. Se desconoce si procedía del redactor donde hubo la explosión o de la cisterna de óxido de etileno que ardió. Uno de los técnicos que la pudo inspeccionar aseguró al Diari que el fragmento salió disparado en sentido ascendente, para posteriormente descender a una mayor velocidad debido a la gravedad. Lo hizo en forma oblicua, en parábola, por la ventana del tercer piso del bloque.

Después de recorrer unos tres metros impactó en el segundo piso, donde se encontraba la víctima. El derrumbe del techo es lo que acabó con la vida de Sergio. 

La ‘suerte’ hizo que el piso de la tercera planta por donde penetró el objeto se encontrara vacío desde hace aproximadamente dos años. Y es que su inquilina se encuentra viviendo en un geriátrico. 

Los técnicos del Tedax de los Mossos d’Esquadra estuvieron inspeccionando inicialmente el bloque para descartar que fuera algún atentado o acción criminal.

¿Se siguieron los protocolos?
El Govern está investigando si la empresa siguió los protocolos de seguridad industrial. La consellera de Empresa i Coneixement, Àngels Chacón, aseguró que estas verificaciones llevarán tiempo y se ceñirán a los protocolos industriales, que no están vinculados al plan de emergencias por riesgo químico.

Chacón añadió que que la compañía tenía 135 trabajadores y era una empresa importante para el sector petroquímico y, por tanto, puede haber otras compañías con problemas de abastecimiento. «Todavía es muy pronto para tener conclusiones y más allá de trasladar nuestro apoyo y calor a las familias que se han visto afectadas ahora comprobaremos que hayan funcionado los protocolos establecidos dentro», dijo.

Asimismo, la consellera remarcó que la industria química está formada por 700 empresas que emplean a 35.000 trabajadores y cuenta con unos protocolos de seguridad que «no se han hecho a la ligera». Y añadió que «si hay que modificar algo se hará».

El consejero de Interior, Miquel Buch, aseguró que en los minutos posteriores a la explosión, los servicios de emergencias no sabían qué sustancia se estaba quemando. Por ello fue necesario que los Bombers hicieran estudios de la calidad del aire para confirmar que no había toxicidad, lo que retrasó la actuación y los posibles avisos a la población. «Si hubiéramos tenido la información, habríamos podido actuar más rápidamente», indicó el conseller.

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