Tarragona se ha convertido en un lugar marcado en rojo para las familias inmigrantes que buscan un futuro mejor. Se adaptan de manera tan natural al territorio que no dudan en tener hijos. Los datos lo demuestran y colocan a la provincia tarraconense como una de las principales en el porcentaje de bebés nacidos con al menos un padre o madre extranjero.
Contando padre y madre, durante el año 2021, un 44,8% de los niños alumbrados en Tarragona tenían al menos un progenitor de origen foráneo (generalmente, ambos). Esto le coloca en el quinto puesto del ranking de provincias. El primer lugar es para Girona (50,9%) y le siguen Lleida (45,2%), Barcelona (45,1%) y las Baleares (45%).
Todos estos números han sido recogidos por el Observatorio Demográfico de la Universidad CEU San Pablo, que en su último informe, publicado en marzo de 2023, ‘Inmigración: un quinto de la España actual, más de un cuarto de la futura’, revela que estamos ante un «cambio demográfico sin precedentes». Alejandro Macarrón, coordinador del Observatorio demográfico CEU, asegura que estos datos reflejan una clara evidencia: «En España hay dos sociedades contrapuestas en muchas de sus costumbres: los españoles y los inmigrantes. Esto se observa por ejemplo en la natalidad. Los africanos y/o musulmanes son los que más niños tienen».
El motivo de que los extranjeros tengan más hijos que los españoles responde a factores básicamente culturales. Macarrón desvela los motivos de ello: «La gente con más dinero no es la que tiene más niños. Eso es lo fundamental. La mayoría de la gente podría tener dos hijos, pero no los tiene porque estamos en una tasa de 1,2% por mujer».
¿Por qué Tarragona es una de las demarcaciones preferidas para los inmigrantes a la hora de inmigrar y tener hijos? Macarrón tiene clara la respuesta: «Los inmigrantes son urbanitas. Van adonde hay actividad. El efecto llamada es clave».
Si se analizan los datos de la provincia de Tarragona de manera exhaustiva, se revelan varios aspectos llamativos. El primero de ellos es que el 39% de los bebés nacidos en el 2021 en la demarcación eran de madre extranjera y el 37% eran de padre extranjero. ¿De dónde, concretamente? El continente que predomina es el africano, con un 18,3% y un 18,9% de madres y padres africanos. El país originario fue Marruecos, con un 16,5 y 16,9%, respectivamente. La segunda nacionalidad que predomina es la rumana, con un 3,5% y 2,8% de padres y madres nacidos en Rumanía. En tercer lugar está Colombia, con un 2,2 y 1,9% de madres y padres colombianos. Unos porcentajes que ayudan a situar a América como el segundo continente en este ranking de bebés de 2021 por lugar de nacimiento de los padres.
Los inmigrantes son urbanitas. Van adonde hay actividad. El efecto llamada es clave
Marta Benjumea, presidenta de la Associació de Tarragona Intercultural, no se asombra ante estos datos y recalca que solo reafirman que Tarragona es un buen territorio para la inmigración: «Estas cifras son conocidas. Tarragona ha conseguido acoger muy bien a la inmigración y si los regularizamos cada vez más de manera legal conseguiremos que sea un sector que aporte más ingresos».
Eso sí, cree que hay una asignatura pendiente por delante que se debe cambiar cuanto antes: «Está mal que haya niños que todavía no estén regularizados. Hay niños que están en el colegio con tres o cuatro años y que todavía no tienen papeles. Cuando un bebé nace ya debe tener la nacionalidad española independientemente del país del que sean sus padres».
A nivel de municipios esta tendencia al alza de bebés con progenitores extranjeros se refuerza de manera consistente. Hay pueblos en los que incluso ya hubo más nacidos con padres foráneos. Es el caso de Salou, por ejemplo, en el que el 65,3% de los recién nacidos eran de madres extranjeras y el 54,2%, de padres extranjeros. Marruecos, Senegal, India, Pakistán, Argentina, Colombia, Rumanía y Rusia eran los países principales de origen de los progenitores. Al igual que Salou, en Tortosa también era evidente el predominio. El 50% de los bebés fueron de madres extranjeras y el 44,9% de padres extranjeros. En Calafell la cifra era muy alta, con un 49,3% de madres extranjeras y un 50,7% de padres extranjeros.
Por otro lado, a nivel de Tarragona ciudad, el 42,1 y el 39,4% eran hijos de madre y padre extranjero. Siendo Marruecos, Colombia y Rumanía los principales países de los progenitores foráneos. En cuanto a la capital del Baix Camp, Reus, también confirma esta tendencia. Solo hay que ver que en el 2021, el 44,1% de los bebés en Reus tenían madre extranjera y el 46% tenían padre extranjero. Si se repasa la estadística de manera más exhaustiva, la mayoría pertenece al continente africano y en concreto, a Marruecos. El 26,1% de los bebés nacidos eran de madre marroquí y el 26,9% eran de padre marroquí. El segundo continente que predominó fue América, siendo Colombia el país con más aporte, con 2,1% niños de madres colombianas y 2,5% de padres colombianos.
Joan Alberich, profesor agregado del Departamento de Geografía de la URV, reflexiona sobre estos números en general. «Estos datos indican que hay mucha población extranjera en Catalunya y en consecuencia en la provincia de Tarragona. Ya sabemos que esto que ha publicado este estudio es una fotografía de lo que pasó en el 2021, pero esto tiene mucho que ver en los últimos 20 años. Desde el 2001 la inmigración se ha ido asentando en esta zona», asegura el profesor.
Su reflexión va más allá cuando se le plantean los factores que dibujan este contexto de natalidad: «Esto se da sobre todo por un tema cultural, pero con matices. Es cierto que las nacionalidades extranjeras tienen un índice de natalidad más alto que la de los españoles, sobre todo en países africanos. Pero esto hay que entenderlo desde un contexto. Ellos en su país tienen un índice de elevada mortalidad y para ellos los niños son como una especie de inversión porque son vistos como una ayuda para la casa a nivel de mano de obra. Esto se repite cuando emigran, pero de manera mucho más reducida porque aquí en Catalunya no existe ese alto índice de mortalidad. Además, aquí también tienen menos hijos porque los niños pasan de ser una inversión para convertirse en un gasto».