El Ayuntamiento de Tarragona ya ha cobrado en lo que se lleva de año unos cinco millones de euros en tasas e impuestos, de los cuales el 60% corresponde al pago único avanzado que permite una bonificación del 2,5%. Según los datos que maneja Tresoreria Municipal, este 2022 han sido 1.982 las personas que han optado por abonar todas sus obligaciones con la administración de la Plaça de la Font en una sola vez, que se ejecutó el pasado 7 de febrero.
En un año especialmente complicado por el hecho de estar en presupuestos prorrogados, no haber podido subir el IBI y la Basura, sufrir un recorte del 40% en el ingreso previsto de la plusvalía y afrontar una inflación cercana al 10%, los tres millones recaudados por parte de los ciudadanos que adelantan el pago al primer trimestre permite al Consistorio coger un cierto aire, pese a que desde el gobierno municipal se enfatiza que en la corporación local «no hay problemas de tesorería», según indica el primer teniente de alcalde y concejal de Serveis Centrals, Jordi Fortuny (ERC), quien afirma que en la ciudad «hay pocos incumplimientos». A toda esta situación se suma, además, el hecho de que el superávit de 2021 fue la mitad que el de 2020: 5,4 millones de euros.
En global, el número de personas que abonaron las tasas e impuestos en febrero fue prácticamente calcado a los 2.010 de 2021 y a los 1.965 de 2020, siendo unas cifras superiores a las precovid, cuando por ejemplo hubo 1.756 que pagaron todos los tributos de 2019 en el segundo mes del año.
Más de 10.000 en diez plazos
Paralelamente, hasta el pasado 21 de febrero se habían acogido a la modalidad de fraccionar el pago de las obligaciones en diez plazos –de marzo a diciembre– un total de 10.726 personas, un volumen ligeramente inferior a los 11.131 de 2021 y a los 11.056 de 2020. Hasta el momento, el Consistorio ha cobrado unos dos millones de euros en base a las dos primeras cuotas –1,1 millones por cada una de ellas–, en un sistema que lo que busca es «facilitar al máximo» el cumplimiento de las obligaciones relativas al IBI, la Basura o el impuesto de vehículos, entre otros, según afirma Fortuny. De hecho, este año una de las novedades es que puede solicitarse el pago fraccionado hasta «el último día del abono voluntario» de los tributos en pago único, que es el 21 de junio. «Si se pide antes, los tributos se pagarán de julio a diciembre», afirma el edil, mientras que si se solicita después el pago fraccionado «se aplicará en el siguiente ejercicio», detalla el máximo responsable económico municipal.
Situación económica compleja
En global, según las cuentas de 2021 –que son las que están ahora mismo en vigor– la previsión municipal es la de ingresar unos 118 millones entre impuestos directos, indirectos y tasas. De todo ello, el IBI –con 54 millones– es la principal fuente de recaudación, seguida de los 12,4 de la recogida de la basura, los 7,2 del impuesto de Circulació y los 4,9 de la plusvalía. El gran reto, pues, hasta final de año será cuadrar unos números más complejos que nunca, tanto a nivel técnico como por una geometría política del Saló de Plens que complica la negociación de cuentas y de los modificativos de crédito. Por ejemplo, el pasado mes de noviembre el pleno municipal vetó la subida propuesta por el ejecutivo de Ricomà del 5% de la Basura y del 3,9% del IBI. Además, hay que sumar la caída de tres millones de euros por el nuevo sistema para computar la plusvalía. Tampoco puede olvidarse la pérdida de medio millón de euros por la recaudación de las químicas de La Canonja y el IBI de las autopistas.
Todo ello conlleva que ERC, Junts per Tarragona y la CUP deban afrontar un final de mandato cuesta arriba y sin aliados fiables que provocará que, con menos recursos, tengan que hacer más para poder mantener el equilibrio. Todo un desafío para poder llegar con garantías a la lotería de las municipales 2023.