Los contenedores de Tarragona se abrirán con tarjeta o con el móvil: cuándo será y en qué residuos

El Ayuntamiento quiere pasar del actual 37% de recogida selectiva a un 65% en seis años. Habrá control de acceso en las fracciones resto y orgánica, y el cierre será progresivo por zonas

11 febrero 2025 19:30 | Actualizado a 12 febrero 2025 07:00
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Los contenedores cerrados y con un sistema para abrirlos volverán a Tarragona después de la prueba piloto que, en 2021, 2022 y 2023 con el anterior gobierno, se produjo en Bonavista, Cala Romana y El Serrallo.

No se sabe aún cuándo, ya que todo dependerá de la fecha de materialización del nuevo contrato de recogida de residuos, muy atrevido de pronosticar vista la situación. En todo caso, el Ayuntamiento quiere pasar del actual 37% de recogida selectiva a un 65% en un período de seis años.

Todo dependerá de la fecha de materialización del nuevo contrato de recogida de residuos

Y es que la legislación establece que, en 2035, el dato debe estar en un 50%. Por otro lado, también marca que el reciclaje posterior de esta basura que se separa debe ser de un 55% en 2025, un 60% en 2030 y, finalmente, un 65% en 2035.

Tarragona está lejos de ambos objetivos y, por ese motivo, la concejala de Neteja Pública, Sonia Orts (PSC), mantiene que «uno de los ejes más importantes del nuevo contrato es la mejora en los hábitos de uso de los usuarios».

«Uno de los ejes más importantes del nuevo contrato es la mejora en los hábitos de uso de los usuarios», Sonia Orts, concejal de Neteja Pública

«Esto podrá materializarse con ejemplos palpables, pero que no podrán plasmarse de forma detallada hasta que la empresa adjudicataria no se ponga a trabajar», expone la concejala. Y es que la ley exige a los municipios que la tasa de residuos cubra el 100% del servicio, algo que Tarragona ya hace desde el año pasado, y que implante sistemas de pago por generación, es decir, que se castigue más a quien recicle menos.

En esta línea, el consistorio ha iniciado algunas medidas como la reducción de hasta doce euros en el caso de que se utilice el punto verde un mínimo de tres veces al año. «De esta forma, entrar un residuo voluminoso y otros de dos tipos diferentes al año, además de ayudar al impacto ambiental, tendrá una recompensas», manifiesta Orts. Se incorporará de esta forma un tramo variable a la tasa de recogida de residuos y otro para ingresos bajos.

El consistorio ha iniciado algunas medidas como la reducción de hasta doce euros en el caso si se utiliza el punto verde un mínimo de tres veces al año

¿Cómo funcionarán?

La herramienta más efectiva, tal y como afirma Orts, será la de los contenedores cerrados: «Se conocerá el uso exacto de cada usuario, incentivando la recogida selectiva y la reducción de la generación de residuos».

¿De qué forma se articulará todo? A pesar de que los detalles dependerán de la empresa, el contrato da algunas pistas: se implementará en las fracciones resto y orgánica, se activará por zonas de forma progresiva y funcionará con una tarjeta o con una aplicación para teléfonos inteligentes.

«Con los contenedores cerrados, se conocerá el uso de cada usuario, incentivando la recogida selectiva y la reducción de la generación», Sonia Orts, concejal de Neteja Pública

Inicialmente, se limitará la aportación a la fracción resto a tres días a la semana, que podrán reducirse a dos según los resultados. Con este sistema, se detectará cuántas veces se ha abierto un contenedor, usos indebidos, franjas horarias...

Aitana de la Varga, profesora del Departament de Dret Públic de la Universitat Rovira i Virgili (URV) e investigadora del Centre d’Estudis de Dret Ambiental de Tarragona (CEDAT), indica que «la de cerrar los contenedores es una acción correcta por la finalidad que tiene; los números parecían adecuados cuando se llevó a cabo la prueba piloto». «Si queremos cumplir los objetivos y que la basura no acabe donde no debe, deben buscarse medidas», añade.

Inicialmente, se limitará la aportación a la fracción resto a tres días a la semana, que podrán reducirse a dos según los resultados

El ‘porta a porta’ y los contenedores cerrados son dos de las más utilizadas, y de la Varga insiste en que pueden combinarse: «Igual hay barrios, como la Part Alta, en los que se puede impulsar». Precisamente en la Part Alta, el nuevo contrato de la basura establece que es una zona en la que «se encuentran bolsas abandonadas».

En esta línea, el nuevo contrato apunta a que el casco antiguo tenga un sistema de recogida con islas emergentes y no se incluya el ‘porta a porta’, tal y como se había planteado, ya que, según el documento, «puede comportar presencia de basura fuera de los lugares habilitados».

«Si queremos cumplir los objetivos y que la basura no acabe donde no debe, deben buscarse medidas», Aitana de la Varga, profesora del Departament de Dret Públic de la URV e investigadora del CEDAT

¿Qué dicen los vecinos?

El gobierno de Pau Ricomà (ERC), con el concejal Jordi Fortuny (ERC) en Neteja, fue el que impulsó la prueba piloto. Según los datos de los republicanos, se llegó al 71% de recogida selectiva en El Serrallo y al 60% en Bonavista y Cala Romana. Sin embargo, el gobierno entrante optó por abrir de nuevo los contenedores en 2023 y hacer que el uso de la tarjeta fuese voluntario.

Tal y como se argumentó, se tomaba esta medida para que los vecinos de El Serrallo, Bonavista y Cala Romana estuvieran en las mismas condiciones que el resto. «La gente del barrio estaba muy concienciada de lo que tenía que hacer y ahora ya volvemos a estar como antes», comenta un vecino de El Serrallo.

Según los datos del anterior gobierno, con la prueba piloto se llegó al 71% de recogida selectiva en El Serrallo y al 60% en Bonavista y Cala Romana

Otro vecino del barrio marítimo asegura que «hubo quien no recibió la tarjeta», aunque también se muestra contento con la iniciativa y expone que «El Serrallo fue uno de los puntos en los que mejor funcionó». Desde Cala Romana, un vecino que también valora el sistema positivamente argumenta que «se propuso que bajaría la tasa de recogida si se hacía bien, pero luego la subieron un 28% en 2023, así que no se notó nada».

También advierte que «había gente que no estaba de acuerdo y que dejaba la basura fuera del contenedor o la tiraba en uno de los que no estaba cerrado». En esta línea, el consistorio es consciente de que el sistema de control de acceso requerirá un aumento de la inspección para evitar la presencia de residuos fuera de los contenedores.

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